El joven Gabriel Mota rompió a patadas un baño e intentó romper los cristales delanteros del palacio de justicia de Hato Mayor, solo porque le aplicaron tres meses de prisión preventiva como medida de coerción.
La acción violenta del joven provocó un gran pánico entre las personas que se encontraban en el lugar, todo esto luego de enterarse que iría a la cárcel pública de El Seibo por tres meses acusado de posesión de drogas.
De igual forma reaccionaron los padres del justiciado quienes negaron rotundamente que su hijo venda drogas, aunque reconocieron que ha ido preso varias veces pero por robo.
Regularmente las personas que son procesadas judicialmente en Hato Mayor rehúsan ser llevados a la cárcel pública de El Seibo, debido al gran hacinamiento y los constantes pleitos entre los internos del penal.