La iglesia católica está dividida en cuanto a la decisión del Tribunal Constitucional sobre el derecho a la nacionalidad, ya que mientras el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez defiende la sentencia, la conferencia Dominicana de Religiosos y Religiosas la rechaza.
Mientras el arzobispo de Santo Domingo defiende y cree justa la sentencia del Tribunal constitucional, que despoja de la nacionalidad a los hijos de extranjeros ilegales en el país desde el 1929, órganos como la Conferencia Dominicana de Religiosos y religiosas, condenan y exigen la anulación que califican de injusta e inhumana.
Amparados en la prédica del papa Francisco, entienden se violan los derechos humanos de quienes por más de 80 años han formado generaciones.
El sacerdote católico entiende como preferible que el tribunal no hubiera hecho nada.
Hay otros dentro del ambiente religioso que van un poco más allá y ante las contradicciones y los últimos casos en perjuicio de los creyentes, definió como una maldición el Concordato que tiene el país con el vaticano, porque le da favoritismo a la Iglesia Católica.
Las voces de rechazo se suman las de otros grupos que abogan por la nulidad de la sentencia por valorarla como horrorosa e insostenible.
