La India votó masivamente por un cambio de dirección, moviéndose hacia centro-derecha. Narendra Modi, nuevo primer ministro, logró convencer al electorado de que su propuesta a favor del desarrollo empresarial es lo que se necesita para acelerar el crecimiento y crear empleo en el segundo país más poblado del mundo.
A pesar de que no se conocen con exactitud las propuestas económicas de Modi, se piensa que adoptará medidas que reducirán la intervención del Estado en la economía. En su campaña electoral señaló en diversas ocasiones los beneficios de tener un Estado pequeño y empresas eficientes y competitivas.
Modi también prometió luchar contra la corrupción. Ese mal se percibe como un costo social que limita la capacidad del gobierno de promover el desarrollo económico, provocando severas pérdidas a la capacidad de crecimiento del sector productivo nacional.
Algunos economistas señalan que Modi realizará reformas laborales y tributarias profundas para estimular el desarrollo económico y social. Además, se prevé que adoptará una estrategia encaminada a promover la entrada de inversión extranjera, lo cual ayudará al proceso de creación de 10 millones de empleos anuales.
Uno de los principales objetivos del nuevo primer ministro es lograr que las personas no solo salgan de la pobreza, sino que se conviertan en clase media. El desarrollo de la manufactura y el aumento de la remuneración laboral, acorde al avance de la productividad, será indispensable para alcanzar esa meta.
