El drama de los refugiados que intentan alcanzar Europa huyendo de la violencia de sus países de origen continúa. Aunque muchos sueñan con abrazar la paz y la prosperidad del continente, lo cierto es que los peligros de la travesía que emprenden provoca que algunos se cuestionen si su esfuerzo merece la pena. Así lo revela este viernes el medio británico «The Daily Mail», que recoge las declaraciones de Ali Al Sahau, un hombre sirio que perdió a su esposa y sus siete hijos cuando el barco en el que viajaban para huir de la guerra se hundió.
«No vengas. Quédense en Siria, no importa lo difícil que resulte», afirmó Ali Al Sahau entre lágrimas en el medio británico «BBC News». «No corran el riesgo. No vayan por mar. Los traficantes son traidores», añadió. El barco que tomó con su familia se hundió en el mar Egeo. Salvo él, el resto de los pasajeros murieron, dado que ninguno llevaba chaleco salvavidas. Lo único que querían era escapar del grupo terrorista Daesh, producto de la guerra civil que asola el país árabe desde 2011.
«Tenía una esposa cariñosa. Saqué a mi familia de Siria para escapar de las matanzas. Mi hijos podrían haber tenido un futuro en Europa. Pero ahora he perdido mi familia, mi mundo», explicó Al Sahau al mismo medio. Su historia es la de una víctima de los traficantes de seres humanos, que aprovechan la desesperación de los refugiados para obtener beneficios económicos, poco preocupados por proporcionar medidas de seguridad a las personas que emprenden ese peligroso viaje.
