A mediados del pasado abril, Vietnam vio como el mar expulsaba a las costas del centro del país a miles de peces muertos por razones desconocidas, lo que ha afectado al sustento de los pescadores y las comunidades locales, además de generar una ola de protestas por la falta de respuesta del Gobierno a la catástrofe ecológica. Todo ello ha caldeado el ambiente en la víspera de las elecciones a la Asamblea Nacional y al Consejo Popular, previstas para este fin de semana, informa Deutsche Welle.
La lenta respuesta del Gobierno vietnamita a la hora de gestionar lo ocurrido y la falta de comunicación ha hecho que entre la población crezca la sospecha de que la muerte de los peces está vinculada a un vertido de una planta siderúrgica de la empresa Formosa Ha Tinh.
Desde principios de mayo, la capital de Vietnam, Hanói, ha sido escenario de manifestaciones de protesta por el desastre natural, al igual que en otras ciudades. Los medios de comunicación estatales pretendieron censurar las protestas, aunque ya era demasiado tarde.