El presidente francés, François Hollande, viaja el lunes a China con el objetivo de conseguir un respaldo fuerte del mayor emisor de gases contaminantes que asegure el éxito de la próxima cumbre sobre el cambio climático (COP21), prevista para finales de mes en París.
Hollande prevé rubricar junto a su homólogo chino, Xi Jinping, una declaración conjunta sobre la COP21 que avance en la meta de un calentamiento global de 2 grados centígrados, ya que hasta el momento los compromisos anunciados por los países no lograrían bajarlo de los 2,7 grados, según los cálculos más optimistas.
Junto al evidente carácter ecologista del viaje de Estado, el mandatario galo quiere impulsar las relaciones económicas entre ambos países, para lo que lleva junto a él una delegación integrada por cinco ministros, 23 personalidades de distintos ámbitos y 50 empresarios.
«Es un desplazamiento centrado en el clima, las nuevas tecnologías y la economía verde, con la declaración conjunta como punto culminante», aseguró este domingo al periódico Le Journal du Dimanche el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius.
El viaje -que, tras dos días en China, le llevará el miércoles también a Corea del Sur- comienza con un destino simbólico, la ciudad de Chonqing, donde Hollande visitará una compañía chinofrancesa de tratamiento de aguas.
A continuación, el presidente francés irá a Pekín, donde será recibido por Xi, con quien firmará una serie de acuerdos y ofrecerá la esperada declaración conjunta.
Ese texto -que según Fabius será «sustancial»- podría contener la exigencia a los países de aceptar cláusulas de revisión de sus objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero para corregir la trayectoria.
El segundo y último día de la visita estará consagrado la cooperación entre las empresas chinas y francesas, con un foro inaugurado por el primer ministro chino, Li Keqiang.
China es el segundo socio comercial de Francia en el mundo, con una media de 160 millones de euros de intercambios comerciales entre ambos cada día. Una de cada tres ventas francesas a China pertenecen al sector aeronáutico, principalmente gracias a la compañía Airbus.
Las 3.000 empresas francesas presentes en el gigante asiático emplean a más de 570.000 personas, mientras que, a la inversa, 200 compañías chinas en el país europeo dan trabajo a 20.000 personas.
