Las sanciones económicas que Europa aplica a Rusia por su papel en la desestabilización de Ucrania se renovarán otros seis meses. Aunque el mandato actual las mantiene vigentes hasta el 31 de enero, el Consejo Europeo —representa a los Estados miembros— planea extenderlas antes de Navidad, según las fuentes diplomáticas y comunitarias consultadas por El País. Lo más probable es que la UE inicie el procedimiento a finales de esta semana, tras la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que celebrarán el jueves en Bruselas.
Los Veintiocho penalizan a Rusia desde julio de 2014 por la invasión de la península ucrania de Crimea y por su participación en la guerra que se libra en el este de Ucrania. Aunque varios países europeos han cuestionado la utilidad de este instrumento y han abogado por suavizar las relaciones con Rusia, el recrudecimiento de la guerra en Siria y el estancamiento de la situación en Ucrania restan peso a ese argumento. Además, las sanciones, que cortan la financiación europea a empresas controladas por el Estado ruso, con incidencia en sectores clave como el petrolero, están ligadas al cumplimiento de los acuerdos de Minsk. Y esos objetivos aceptados por Moscú y Kiev —con mediación europea— no se han alcanzado, pese a que el conflicto vive ahora una fase de menor intensidad.
Prolongar medio año el castigo económico a Moscú —que se aplica en coordinación con Estados Unidos— es también una forma de reprender al Kremlin por la guerra de Siria. Los ministros de Exteriores amenazaron hace unas semanas con crear sanciones específicas por la masacre de Alepo, pero no prosperó.
Los gobernantes europeos no tienen previsto reabrir el debate sobre sanciones en la cumbre, aunque Italia, favorable a un enfoque más laxo hacia Rusia, puede plantearlo. Frente a esta postura, el presidente del Consejo, el polaco Donald Tusk, es partidario de prolongar las sanciones por procedimiento escrito, para no plantear la discusión sobre la necesidad de mantenerlas.
