Santo Domingo, RD. – El artista Monet fue la figura clave del movimiento impresionista. Se dice que fue uno de sus cuadros el que puso nombre al movimiento.
Sus innovaciones en el estudio del color y la luz causaron asombro como rechazo, pero como se sabe, se adelantó lo justo a su tiempo como para ser considerado un innovador.
Monet dibujaba caricaturas desde niño, pintaba paisajes y marinas, algo que le agradaba al poder trabajar al aire libre. Con 19 años viaja a París para empezar sus estudios, siendo financiado por su familia. Luego es llamado para el servicio militar.
Un año después viajó a Europa donde se enamora de las distintas luces en los distintos momentos del día.
Monet había descubierto su estilo, que se fue radicalizando con el tiempo. Paulatinamente fue acentuando los efectos luminosos hasta llegar en ocasiones a difuminar las formas.
Obras imprescindibles
Desayuno sobre la hierba (1866)
Conservado en el Musée d’Orsay de París, esta obra retoma el cuadro del mismo nombre que otro artista impresionista, Édouard Manet, pintó tres años antes.
Impresión, sol naciente (1872)
Inicialmente acogido por el público con innumerables críticas por las demasiadas libertades compositivas y cromáticas que se tomó Monet, es precisamente con este lienzo con el que nace el termino de impresionistas.
Amapolas (1873)
Este lienzo se encuentra entre los más conocidos de Monet y el impresionismo.
Catedral de Rouen a pleno sol (1894)
Otra serie de sus pinturas impresionistas es la vinculada a la Catedral de Rouen, que Monet representa desde el amanecer hasta la puesta del sol.
Los nenúfares (1883-1926)
Los nenúfares de Monet representan uno de los temas más emblemáticos de la historia del impresionismo.
