Socorristas y supervivientes desesperados escarbaban entre los escombros este lunes en busca de personas atrapadas tras el potente terremoto que sacudió Ecuador el sábado, y que dejó unos 350 muertos, más de 2 mil heridos y pérdidas millonarias en la costa del país.
Entre lágrimas, los ciudadanos remueven con las manos placas de cemento y hierros retorcidos con la esperanza de hallar a sus seres queridos. Y aunque para muchos las noticias son malas, las tareas de rescate y evacuación dan sus frutos.
Una niña que llevaba 20 horas atascada bajo los restos de un edificio fue recuperada con vida en Pedernales, epicentro del sismo que impactó en particular a la provincia de Manabí, entre otras zonas costeras.
También la madrugada de este lunes bomberos llegados de Quito celebraron en Twitter el rescate de 3 personas de entre los escombros en el barrio Tarqui, en Manta, a unos 180 kilómetros de Pedernales y otro de los sitios más golpeados por la catástrofe.
Pese a los esfuerzos, las autoridades reportaron el aumento de los muertos. «Tenemos lamentablemente que informar que estamos bordeando las 350 personas fallecidas, el número de heridos también se ha incrementado», dijo este lunes el ministro coordinador de Seguridad, César Navas.
