Puerto Príncipe, Haití– A través de una carta fechada el miércoles 24 de abril, pero subida a las redes sociales el jueves 25 de abril, Ariel Henry dijo que su administración había «servido a la nación en tiempos difíciles”. Tras la renuncia del primer ministro, se instaló un Consejo de transición.
Ariel Henry, respetado como médico, pero criticado como político, el primer ministro haitiano intentó perpetuarse en el poder más de lo previsto, hasta que la insurrección de los grupos armados que controlan gran parte de Puerto Príncipe lo obligó a renunciar.
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Las riendas del poder en Haití fueron tomadas por Ariel Henry, tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, y debía haber dejado el cargo a principios de febrero. Al punto de que, Henry se había comprometido a celebrar elecciones antes de finales de agosto de 2025, aunque, conforme a un acuerdo de 2022, debería haber abandonado el poder puntualmente el pasado 7 de febrero.
Como secreto que se clamaba a voces, su renuncia fue incluso una exigencia expresa de las poderosas bandas criminales que mantienen en vilo a la población y controlan extensas zonas de Haití. La crisis de violencia se agudizó a tal punto que la comunidad internacional pujaba por una transición con participación de la sociedad haitiana.
El primer ministro aceptó renunciar, según confirmó en un video publicado en las redes sociales del gobierno haitiano. El muy cuestionado político de 74 años se hizo un nombre en Haití gracias a su carrera profesional como neurólogo.
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Su carrera política comenzó tarde. En enero de 2015, el presidente Michel Martelly lo nombró ministro del Interior, cargo que ocupó por menos de ocho meses.
