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Estadounidenses disfrutan del primer Festival del Habano tras reanudación de relaciones con Cuba

Mientras participaba en la competencia de las cenizas más largas del Festival del Habano en Cuba, el estadounidense Patrick Lagreid aseguró que la decisión del presidente Barack Obama de autorizar a los viajeros a llevarse a casa 100 dólares en tabaco y ron cubanos es «un primer paso», pero no suficiente.

«Es un pequeño paso (…), pero no me satisface», declaró a la AFP Lagreid, un empedernido fumador de habanos de 36 años que ha visitado la isla varias veces y que se dedica a escribir sobre puros.

«La realidad es que muchas personas en Estados Unidos fuman puros cubanos, de una forma u otra», añadió Lagreid, que a cada rato echaba hacia atrás la cabeza para mantener el tabaco en posición vertical tratando de impedir que se cayeran las cenizas.

Esta es la primera gran fiesta de los amantes de los habanos después del histórico anuncio que hicieran en diciembre los presidentes Obama y Raúl Castro de que Estados Unidos y Cuba restablecerían relaciones diplomáticas tras medio siglo.

Obama también autorizó en enero a los viajeros estadounidenses a llevarse hasta 100 dólares en ron y tabaco tras visitar la isla, lo que Habanos S.A., que comercializa los puros cubanos, cree que no provocará aumentos significativos de demanda.

El abogado de Connecticut (EEUU, noreste) Marc Needelman, de 63 años, recorría este jueves los stands del Festival, que considera «el mejor de su tipo en el mundo».

La autorización de Obama «es el primer paso en la dirección correcta, pero 100 dólares en tabaco son muy pocos puros (tres Cohiba grandes o 10 Montecristo número 2)», se quejó Needelman, quien dice «adorar», además de los habanos, «la música, el ron y la comida cubana».

«La fumada perfecta»

Unas 200 personas -extranjeros o cubanos- participaron este jueves en «La fumada perfecta» o la competencia de las cenizas más largas, uno de los eventos más divertidos que se celebran durante el Festival, al que asisten más de 1.600 amantes de los habanos de todo el planeta.

La competencia se desarrolló en uno de los salones del Palacio de las Convenciones de La Habana, un edificio que usualmente alberga reuniones mucho más serias y formales, como las sesiones del Parlamento cubano y las conversaciones de paz para Colombia.

El francés Juan Felipe Dupin, que tiene 44 años y hace 25 fuma habanos, hizo malabares para que no cayeran las cenizas de su puro marca San Cristóbal, de 18 centímetros, pero al final no lo pudo evitar.

«He llegado a 14,5 centímetros (de cenizas), no está mal», comentó Dupin.

«Ya me temblaban las manos (…) y sentía mucho sabor a nicotina en la boca», explicó por su parte el cubano Ransel González, cuyas cenizas medían un centímetro menos que las de Dupin cuando cayeron, según determinaron los jueces.

En la competencia, que muchos concluyeron mareados o con dolor de cabeza, sobre todo por la nube de humo que cubrió el enorme salón, también participó la cubana Olivia Terry, ganadora de la primera edición en 2014, al lograr que la combustión de su puro alcanzara 16,9 centímetros.

Sin embargo, esta vez decepcionó a sus admiradores al lograr sólo 10 centímetros.

El ganador de «La fumada perfecta» será anunciado el viernes en la clausura del evento, en cuya apertura Habanos S.A., una sociedad integrada por el Estado cubano y la empresa británica Imperial Tobacco, anunció que sus ventas fueron de 439 millones de dólares en 2014, una caída de 1% respecto a 2013 debido a los conflictos en Ucrania y el Medio Oriente, así como a mayores impuestos en la Unión Europea.

El vicepresidente de la compañía, Jorge Luis Fernández Maique, dijo el martes a la AFP que Cuba podría exportar habanos por 250 millones de dólares como «mínimo» a Estados Unidos si Washington levantara el embargo que aplica contra la isla desde 1962.

 

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