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Corte debate petición para frenar juicio político contra Dilma Rousseff

La Corte Suprema de Brasil se reunió el jueves por la noche en una sesión extraordinaria para sopesar una petición de la presidenta Dilma Rousseff de que se anule el inminente juicio político contra ella, un proceso que el principal funcionario judicial del gobierno describió como «contaminado».

Los jueces iniciaron su sesión analizando si los procedimientos para la votación del domingo sobre el juicio político establecidos por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha -enemigo jurado de Rousseff-, son válidos.

En un principio, Cunha organizó la votación para que los legisladores del sur -industrial y rico, y donde la oposición a Rousseff es más fuerte-, arrancaran primero. Mientras los jueces se reunían, el abogado de Cunha presentó un plan distinto que alternaría entre el sur y el norte, donde la presidenta tiene más seguidores.

No se preveía que los magistrados emitiesen un fallo el jueves, pero el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, dijo que «situaciones excepcionales requieren medidas excepcionales». Se esperaba que la sesión durara hasta bien entrada la noche.

La reunión extraordinaria de 10 magistrados es el acontecimiento más reciente en medio de semanas de forcejeos legales sobre un proceso en el Congreso que ha expuesto profundas divisiones en el país.

La votación de la cámara baja en torno a si avanza el procedimiento de juicio político está basada en denuncias de que Rousseff violó leyes fiscales.

Horas antes el jueves, el procurador general José Eduardo Cardozo interpuso ante la corte la petición de anulación. Argumentó que Cunha había presentado la iniciativa de juicio político de tal forma que va más allá de las acusaciones reales contra Rousseff.

Cardozo dijo lo mismo acerca del informe presentado a la comisión especial del Congreso que el lunes votó a favor de enviar la medida de juicio político al pleno de la cámara baja. Dijo que la discusión incluía la crisis política en general, la recesión y la amplia pesquisa por corrupción en la paraestatal Petrobras.

«No nos referimos a los méritos del juicio político» sino más bien al proceso, dijo Cardozo a la prensa en Brasilia.

Si la Corte Suprema decidiera anular los procedimientos más recientes, todo el proceso podría ser echado para atrás varios pasos. Por ejemplo, podría requerírsele a la comisión especial que sopesara un informe revisado sobre Rousseff.

Los observadores políticos interpretaron los movimientos del gobierno como un esfuerzo final de último momento para evitar una primera gran derrota en el proceso. Para seguir adelante, el juicio político requiere una mayoría de dos tercios en la cámara baja de 513 bancas, lo que equivale a 342 votos. De ser aprobado, el procedimiento pasará al Senado.

Si la cámara alta lo toma para analizarlo, Rousseff sería obligada a dejar el puesto hasta que la medida sea sometida a votación.

Tanto las fuerzas que respaldan al gobierno como las de la oposición dicen tener suficientes votos para ganar el domingo, pero los conteos diarios efectuados por los medios de comunicación brasileños dejan entrever que la oposición está mucho más cerca de la victoria.

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