El título de la nueva gira del cantante Ricky Martin, “One World”, es una reafirmación a la unidad que profesa el artista.
Lo hace desde la palabra hasta la música, al lograr llevar un estilo nutrido por la riqueza rítmica de distintos países. Desde la plena hasta el electrónico dance, o desde el flamenco hasta la cumbia, el astro puertorriqueño ha sabido cruzar las fronteras musicales para delinear una personalidad única dentro de la diversidad del pop.
El pasado viernes el artista, de 43 años, comenzó un nuevo recorrido que lo llevará por cinco continentes para presentar el llamativo espectáculo que apoya su más reciente producción discográfica, A quien quiera escuchar.
La primera parada de esta gira –que se presentará en Puerto Rico hacia el cierre de este año o comienzo del 2016– fue en la ciudad de Auckland en Nueva Zelanda, en lo que fue su regreso a ese país de Oceanía tras una ausencia de 15 años.
“La música rompe fronteras. Une culturas. El cariño de Nueva Zelanda se sintió y me marcó. Empezamos este ciclo con mucha fuerza”, expresó el artista en una declaración enviada a El Nuevo Día.
Apoyado por un complejo montaje audiovisual (cinco pantallas gigantes y sobre 150 luces, todo movible), Martin se presentó ante una audiencia de sobre 30,000 personas, que lo siguieron cantando y bailando durante las dos horas que se extiende el show.
Una banda compuesta por nueve músicos, más un cuerpo de ocho bailarines enriquecen el repertorio de 26 canciones que abarca la producción, incluidos sus clásicos Shake Your Bon Bon, She Bangs, Livin’ la vida loca y La copa de la vida.
El artista, mientras, mantiene la expectación con nueve cambios de ropa, y otros siete que tienen los bailarines, entre los que encuentra la puertorriqueña Tatiana Delgado.
El “One World Tour” tendría cuatro presentaciones en Nueva Zelanda, que culminan el próximo martes.
El viernes 24 de abril la gira se traslada a Australia, donde tiene siete fechas. México, Estados Unidos y Canadá continúan en el calendario del vocalista, que este año vuelve a ser “coach” de la competencia de talentos The Voice Australia y de la nueva producción La banda, de la que es codueño con el productor Simon Cowell.
