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Falsas creencias sobre la higiene íntima femenina

A lo largo del tiempo, las mujeres han utilizado diversos mecanismos para mantener una buena higiene íntima; sin embargo, con los avances de la ciencia se ha demostrado que algunos de estos métodos no son factibles ni recomendables, y que incluso pueden causar daños a la salud íntima de la mujer.

Es necesario identificar los falsos mitos que existen sobre la higiene íntima de la mujer; iniciando por indicar que tanto el exceso como la falta de higiene pueden resultar perjudiciales, por lo que lo ideal es mantener un punto medio que permita el equilibrio y el mantenimiento de la salud en esta zona.

Algunos de los falsos mitos de la higiene íntima son:

  • Que es obligatorio el uso de jabones especiales o de jabón de cuaba para una adecuada higiene.
  • Que se deben hacer duchas vaginales para prevenir infecciones.
  • Que la zona íntima debe lavarse varias veces al día de manera profunda.
  • Que se debe usar talco para controlar los olores y la humedad en los genitales.
  • Que no se deben usar tampones, entre otros.

La vagina se mantiene sana y limpia mediante algunos sistemas protectores muy ingeniosos que ella misma produce llamados lactobacilos o bacilos, que hacen que los organismos extraños que llegan hasta la vagina encuentren un entorno poco adecuado para su desarrollo, por lo que la protegen de infecciones.

Otro importante sistema protector es el moco vaginal, que tiene fama de ser “sucio”, pero es todo lo contrario, porque actúa como una escoba, barriendo la mucosa vaginal y arrastrando hacia el exterior todo tipo de células muertas y otras sustancias de deshecho. El moco sale del cuello uterino y al pasar por las paredes vaginales contribuye a la lubricación de estas y, por lo tanto, a su protección.

Lo recomendable para el aseo de los genitales, tanto femeninos como masculinos, es básicamente agua y jabón neutro, para mantener la acidez de la piel y la multiplicación normal de las bacterias que protegen estas zonas de las infecciones. El uso de otras sustancias para la higiene genital no se recomiendan, porque pueden causar más complicaciones que mejoras.

En la vagina, nunca debe introducirse los dedos para lavarla con agua, jabón o duchas vaginales. Todas las mujeres deben limpiarse desde adelante hacia atrás, en dirección de la vagina hacia el ano, para no llevar las bacterias del ano a la vagina.

Luego del baño la zona genital debe quedar bien seca, para reducir la proliferación de hongos por humedad y mantener la salud vaginal.

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