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Víctor Manuelle brinda apoyo a cuidador de paciente de Alzheimer

Víctor Manuelle brinda apoyo a cuidador de paciente de Alzheimer
Víctor Manuelle brinda apoyo a cuidador de paciente de Alzheimer

«Mi bebé santa”. Con estas palabras, don Juan Feliciano Ruiz describe a la mujer que ha sido su esposa por 35 años.

En 2004, Victoria Echevarría Vega fue diagnosticada con Alzheimer. En la actualidad está encamada y es don Juan quien se hace cargo de ella. Pero la fe y el espíritu jovial que lo caracteriza no le permiten darle paso a la desesperanza.

De hecho, su sentir hacia la mujer de 66 años sigue creciendo con el paso de los años. “Fue amor a primera vista”, recuerda de cuando la conoció. “Un 22 de diciembre fue la fecha que nos conocimos por primera vez, en una actividad de un bautismo de una primita mía en Añasco. Yo tenía 23 años y ella 27”.

Los recuerdos no se apartan de su mente. Los repasa con gran emoción mientras la observa reposar en la cama, con la mirada perdida.

“Nos casamos un 14 de febrero, en el ’81”, expresa con una sonrisa don Juan, uno de los beneficiados de la fundación De frente al Alzheimer, corporación sin fines de lucro  con la misión de ofrecer ayuda al paciente que no tiene recursos económicos para cubrir ciertos gastos.

“A los 53 años le atacó el Alzheimer a ella. El doctor primario la refirió para hacerle una evaluación neurológica y dio positivo”. Don Juan buscó una segunda opinión, pero el médico le confirmó la noticia que no quería escuchar.

“Ella me decía, ‘nene, las cosas se me están olvidando’. ¿Qué yo voy a hacer?’ ”, recuerda.

El hombre, quien laboró como trabajador social en una escuela por 16 años, rememora cuando en una ocasión fue a la casa a almorzar y vio “que estaba todo apagado, no había nada, solamente estaba la hornilla de (la estufa de) gas prendida y el Señor me la salvó porque las ventanas estaban abiertas”.

También, en más de una ocasión, recibió llamadas de vecinas advirtiéndole que “ella se fue (carretera) abajo”, revela el esposo desde su residencia en Aguada.

“No tuvimos hijos. La mentalidad mía es que ya no es mi esposa, es mi bebé”, reflexiona, posterior a mostrarnos una foto del último viaje en crucero de ambos, en 2006. “Nos fuimos para cuando cumplimos 25 años de casados. Ya estaba diagnosticada, pero todavía estaba funcional. Pero se nos perdió una noche allí”.

Más allá de su situación, aclara que doña Victoria “no es ninguna carga ni es ninguna cruz, es un orgullo para mí”.

Como cuidador, don Juan, quien hace hincapié en el apoyo que recibe de sus familiares y amistades para las atenciones a su esposa, no está ajeno a los retos que implica su compromiso. El hombre apenas duerme 4 o 5 horas diarias ya que tiene que succionarla con frecuencia y darle terapias respiratorias. Además, don Juan es paciente de bronquiectasia (causado por una inflamación o infección en las vías respiratorias) y ha estado hospitalizado en varias ocasiones.

 “Yo le pido a Dios que me la lleve a ella primero, porque nadie me la va cuidar como yo”, implora con resignación.

Desde: PRIMERAHORA

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