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Un tenista se tomó una siesta en pleno partido del US Open

El australiano Nick Kyrgios, con sus siestas en los intercambios  y reacciones intempestivas, firmó una polémica actuación en su estreno en el US Open, torneo que acumula ya doce abandonos tras haberse completado la primera ronda en los cuadros individuales masculino y femenino.

A sus repetidas quejas en contra de los aficionados que entraban a la pista en pleno juego, y de los focos de la pista central en Flushing Meadows sumó Kyrgios controvertidos y repetidos sueños en los descansos, como se ve en YouTube, innecesarios golpes por debajo de las piernas y un escueto «bien hecho, tío» a su verdugo, el británico Andy Murray, a quien felicitó sin mirarlo al concluir el partido.

«Las payasadas de Kyrgios son graciosas», dijo el tercer favorito en rueda de prensa, donde definió a su primer oponente en Nueva York como un tenista «especial» e «impredecible», dos condiciones que convirtieron el enfrentamiento en una «trampa».

Desde su irrupción en la pista con un peculiar peinado que dibujaba en el lateral derecho de su cabeza la imagen del ritmo cardíaco en un monitor, Kyrgios dio muestras de su excentricidad. Todo está en YouTube. Una personalidad que corroboró tras negarse a elegir entre el saque y el lado de la pista desde el que empezar a jugar tras el sorteo previo al inicio del duelo.

«Nadie con veinte años es perfecto», se justificó tras la derrota (7-5, 6-3 y 4-6 y 6-1) el australiano, enfrentado en numerosas ocasiones a los seguidores.

«¿Qué demonios hacen dejando que la gente entre en medio de un juego? Quince iguales y dejan que entren treinta personas», se quejó al juez de silla.

Los reproches continuaron hacia los focos situados en la parte alta del estadio y también hacia sí mismo por dejar que la raqueta se le escurriera al golpear de derecha. Intencionado sería el segundo vuelo de su raqueta en un intento desesperado por alcanzar la pelota.

 

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