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Indocumentados en Nueva York celebran un ayuno de protesta para exigir ayudas

Nueva York.- Cerca de cien inmigrantes indocumentados, en su mayoría de origen lationamericano, dieron este jueves la cara en Nueva York para participar en un ayuno de protesta para pedir a las autoridades estatales que aprueben un paquete de estímulos para apoyar a los trabajadores sin papeles que se han quedado fuera de las ayudas federales.

«Estoy apoyando a mis compañeros que tienen la necesidad de que se nos dé un estímulo económico como se les dio a las personas que tienen documentos. Que a nosotros también se nos dé y principalmente a nuestros hijos, que nacieron en este país y que fueron injustamente excluidos de cualquier ayuda», asegura a Efe Pedro Peña, un jornalero indocumentado que se ha desplazado hasta la plaza Madison, en el bajo Manhattan, para participar en el ayuno.

Como muchos otros trabajadores y trabajadoras indocumentadas, Peña cuenta las dificultades que ha sufrido estos meses y cómo ha sobrevivido gracias a la caridad de organizaciones y parroquias que han distribuido comidas, que a veces no llegaban para todos, como relatan varios de los presentes.

ORGANIZADO POR ACTIVISTAS Y POLÍTICOS

Fueron convocados por varios políticos locales como la senadora estatal Jessica Ramos, o la asambleísta Maritza Dávila y por una decena de organizaciones activistas como Make The Road, Judíos por la Justicia Racial y Económica o Comunidades por el Cambio.

En círculos que se hacen y se deshacen en distintos puntos de la plaza como las ondas que hacen las piedras al romper la superficie de un lago, muchos de los presentes comparten sus angustias y sus esperanzas.

«Somos la base de la economía del país, hacemos el trabajo que nadie quiere hacer y cuando necesitamos ayuda todos miran para otro lado», asegura una de las participantes en uno de esos corros en los que uno tras otro y mayoritariamente en español se comparten miserias y motivaciones.

Entre varios puestos de estampados de camisetas con el lema «Financien a los trabajadores excluidos», una zona de juegos para los niños o un espacio para recibir ayuda psicológica, el español se convierte en la única lengua de comunicación y en español todos gritan en coro frases como «Esenciales excluidos» o «No somos uno, no somos cien, somos millones, cuéntanos bien».

«Vivo con cuatro hijas y hemos vivido de la caridad de las organizaciones que ofrecen comida, pero a veces hay que hacer una fila de mucha gente y llega el número y ya no hay comida, por eso estamos aquí, para decirle al (gobernador de Nueva York Andrew) Cuomo y a las autoridades y quienes tienen mucho dinero que nos tomen en cuenta como inmigrantes y como parte de la ciudad», dice a Efe Sonia Pérez, una vendedora ambulante que se quedó sin trabajo con la llegada de la pandemia.

Pérez, que se enorgullece de vender «desayunos mexicanos» ha acudido con dos de sus hijas que le han ayudado a preparar bebidas y 300 tamales para ofrecer a los participantes como última comida antes de comenzar el ayuno, que se prolongará toda la noche.

Fuente: EFE

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