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El papa Francisco pidió que el acuerdo climático «tenga en cuenta a los más vulnerables»

El papa Francisco se congratuló el domingo del acuerdo adoptado por 195 países para luchar contra el calentamiento global, llamando no obstante a prestar especial atención «a los más vulnerables», los más afectados por este fenómeno.

La aplicación del acuerdo alcanzado, que «muchos califican de histórico, exigirá un compromiso unánime y una generosa implicación por parte de cada uno», dijo el pontífice durante la tradicional plegaria del Ángelus en la plaza San Pedro.

El papa argentino agregó que espera que se preste «una atención especial» a garantizar el futuro de «las poblaciones más vulnerables».

«Exhorto a la comunidad internacional en su totalidad a seguir cuidadosamente el camino emprendido, en el marco de una solidaridad cada vez más activa», concluyó.

Los países reunidos durante dos semanas a las afueras de París acordaron el sábado limitar el aumento de la temperatura del planeta «muy por debajo de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales» para limitar las consecuencias catastróficas del calentamiento global.

«El tiempo del gran perdón»

Francisco abrió la Puerta Santa de la catedral de Roma, San Juan de Letrán, y durante su homilía arremetió contra la «arrogancia» de los gobernantes y proclamó que con el Jubileo «comienza el tiempo del gran perdón».

«Este tercer domingo de Adviento hace que asistamos a la llegada de la Navidad, ya cercana. No podemos dejarnos caer en el cansancio; no se nos permite ninguna forma de tristeza. Aunque tengamos motivo por las tantas preocupaciones y por las múltiples formas de violencia que hieren a nuestra humanidad», dijo en su homilía.

Francisco señaló que «en un contexto histórico de grandes abusos y violencias, a causa sobre todo de los hombres de poder, Dios hace saber que Él mismo reinará a su pueblo, que no lo dejará en manos de la arrogancia de sus gobernantes, que lo liberará de cada angustia».

«Hoy se nos reclama que ‘no bajemos los brazos’ a causa de la duda, de la impaciencia o del sufrimiento», apostilló. El pontífice llamó entonces a la alegría porque ha comenzado el Jubileo, un tiempo que calificó como «el tiempo del gran perdón».

«Hemos abierto la Puerta Santa, aquí y en todas las catedrales del mundo. También es un simple gesto y una invitación a la alegría. Comienza el tiempo del gran perdón. Es el Jubileo de la misericordia», celebró.

Bergoglio recordó que «la fe en Cristo provoca un camino que dura toda la vida» y que obliga a ser «misericordiosos».

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