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Las Hermanas Mirabal, símbolo de valentía y resistencia ante las injusticias

“Si me matan… Yo sacaré mis brazos de la tumba y seré más fuerte» – Minerva Mirabal

El 25 de noviembre de 1960 el país fue escenario del triple crimen de las hermanas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, tres mujeres que desafiaron los oprobios de una de las dictaduras más crueles de América Latina, la de Rafael Leónidas Trujillo.

Nacidas en un hogar rural acomodado de la sección Ojo de Agua en el municipio de Salcedo, Las Mirabal se caracterizaron por tener una ideología social y política que distaba mucho de las existentes en esa época.

Estudiaron como internas en el Colegio Inmaculada Concepción de La Vega, dirigido por monjas españolas de la Orden Terciarias Franciscanas de Jesús y María donde, tanto Minerva como María Teresa, se destacaron por su inteligencia e interés en el estudio.

Su nivel de vida acomodado cayó estrepitosamente con la llegada del Trujillo al poder, su familia perdió casi toda su fortuna. Convencidas de que dictadura llevaría al país al caos y formaron de la agrupación política 14 de junio fundamentado en la oposición al régimen, dentro de este grupo eran conocidas como Las Mariposas, se les conocía así, porque ese era el nombre con que Minerva se identificaba en las relaciones políticas.

El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa (las más activistas) habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado dominicano. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión, en la cárcel fueron violadas y torturadas en varias ocasiones. En un gesto extraño el 9 de agosto y por disposición expresa de Trujillo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad, sus maridos sin embargo continuaron en prisión.

Asesinato de “las mariposas”. La liberación de “las mariposas” tenía doble propósito, por un lado demostrar su «generosidad», por el otro seguir hostigándolas, sin embargo las vejaciones sufridas en la cárcel no las limitaron, no bien habían pasado un par de semanas de la libertad ya existían informes sobre reuniones secretas contra el régimen encabezadas de nuevo por las Hermanas Mirabal esto, sumado a las presiones internacionales entre muchas cosas por el atentado en Venezuela contra el Presidente Rómulo Betancourt, por el que la OEA sancionó al estado dominicano con rompimiento de relaciones diplomáticas y económicas y la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en América Latina, sumado a un informe que inició de nuevo con los pasos que daban estas mujeres rebosó la copa de la tolerancia de Trujillo quien le ordenó al General Pupo Román un plan para desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal.

La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos, en verdad esto era el inicio de la capitalización del plan para la eliminación de las Mirabal.

El General Pupo Román, cumpliendo las orientaciones del Generalísimo dejó en manos del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) a la sazón dirigida por el Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra Mayor Cándido Torres Tejada que se dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe del SIM en la zona norte, el entonces Teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera:“Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, General Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Hermanas Mirabal, la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo.

Luego del trasladado les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe”.

El 25 de noviembre las tres hermanas junto a un chofer tras despedirse de sus respectivos maridos, salieron rumbo a Salcedo. Ya fuera de Puerto Plata, el jeep se desplazaba por la carretera y al llegar al puente de Marapica, fueron detenidos por cuatro hombres que iban en un cepillo.

Las tres mujeres fueron obligadas, a punta de pistola, a subirse al asiento trasero del vehículo de sus verdugos, mientras tres de éstos se montaban con el chofer en el jeep, dirigiéndose hacia La Cumbre donde estaba la casa, en la que les esperaba el capitán Peña Rivera, las apalearon hasta morir para luego introducir los cuerpos en el coche y simular un accidente de tráfico. El sargento de la Rosa se dirigió entonces al aposento donde estaba Peña Rivera y le dijo: «Señor, misión cumplida».

Sin embargo, ese fue el hecho que provocaría la erradicación del régimen trujillista. La muerte de las Mirabal causó gran repercusión en la República Dominicana. La publicidad resultante provocó que el pueblo dominicano apoyara los ideales de las mariposas, contribuyendo a despertar conciencia en el público y finalmente culminó con el asesinato del dictador el 30 de mayo de 1961.

Este desenlace reforzó la frase hecha por Minerva “si me matan… Yo sacaré mis brazos de la tumba y seré más fuerte”, demostrando que cuando se tiene gallardía, se lucha hasta dar su vida por los ideales en que se creen. Las mariposas, mujeres valientes y decididas, continúan con su vuelo cada vez más alto hacia la inmortalidad.

 

 

Especial para CDN: Jeury Frías Belén

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