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Alemania revisará el cierre de puertas en cabinas de vuelo y los exámenes psicológicos a pilotos

Alemania.- El Gobierno alemán anuncia la revisión del sistema implantado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Lubitz, copiloto que estrelló «voluntariamente»el avión de Germanwings, seguía un tratamiento médico contra la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico.

El Gobierno alemán revisará los sistemas de cierre de las cabinas de vuelo de los aviones y los exámenes médicos y psicológicos de los pilotos, tras la catástrofe aérea del aparato de Germanwings que cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf y se estrelló en los Alpes franceses con 150 personas a bordo. Así lo anunció el ministro alemán de Transportes, Alexander Dobrindt, tras una reunión con representantes de la Federación Alemana de la Industria de la Aviación.

Lubitz bloqueó la puerta por dentro para quedarse solo en la cabinaEn esa reunión se acordó crear una comisión de expertos que analice estas cuestiones y presente un catálogo de propuestas, tanto en lo relativo a los sistemas de seguridad de los aviones como a las pruebas de aptitud de los pilotos.

«Nuestro objetivo es optimizar la seguridad aérea y revisar los estándares actuales, a la luz de la terrible tragedia de Gemanwings», indicó el ministro Dobrindt. El grupo de expertos analizará, entre otros aspectos, los mecanismos de cierre de las cabinas de pilotaje, implementadas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 de Nueva York para impedir el acceso de intrusos en ese espacio.

Las investigaciones realizadas por la fiscalía francesa, basadas principalmente en las grabaciones de una de las cajas negras del Airbus A320, apuntan a que el copiloto, Andreas Lubitz, bloqueó la puerta por dentro al quedarse solo en la cabina, en ausencia del capitán, y luego impidió que éste pudiera entrar de nuevo.

En lo que respecta a Lubitz, se sabe asimismo que en 2009 interrumpió su formación como piloto por un «episodio de depresión» grave que comunicó a la escuela de vuelo de Lufthansa, según ha confirmado la aerolínea. Según reveló la Fiscalía de Düsseldorf, el día de la catástrofe el joven, que antes de obtener su licencia como piloto recibió tratamiento psicoterapéutico por «tendencias suicidas», tenía una baja médica, que aparentemente no comunicó a Germanwings.

La comisión de expertos estará integrada tanto por técnicos, como por evaluadores médicos y psicólogos, con el fin de optimizar los exámenes a los que se somete a los aspirantes a piloto, indicó el presidente de la Federación Alemana de la Industria de la Aviación, Klaus-Peter Siegloch.

El representante de la industria del sector hizo hincapié en las conversaciones que «prácticamente a diario» se mantienen con el gobierno desde la catástrofe de los Alpes.

Siegloch recordó que, prácticamente de forma inmediata, las principales aerolíneas alemanas adoptaron la norma de que en la cabina no puede quedarse una persona sola y que, en caso de que el piloto o el copiloto se ausenten, su puesto sea ocupado hasta su regreso por otro miembro de la tripulación.

Seguía en tratamiento Andreas Lubitz seguía un tratamiento contra la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico y tenía problemas de visión, por lo que estaba de baja médica, según ha revelado el diario alemán Bild. Además, el rotativo germano asegura que el copiloto había buscado ayuda médica para solucionar un problema de visión que arrastraba desde un accidente de coche que sufrió en 2014.

Por todas estas dolencias, el joven de 27 años estaba de baja médica y, aunque los facultativos sabían que eran piloto de Germanwings, Lubitz les ocultó deliberadamente que, a pesar de su estado de salud, seguía volando’. Lufthansa, a la que pertenece Germanwings, ha revelado esta semana que, cuando reanudó el curso de vuelo, en el año 2009, Lubitz informó a la compañía aérea de que anteriormente había sufrido un «episodio de depresión severa».

 

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