Aunque parezca ser reiterativo, el tema de las temperaturas no es para tomarlo a la ligera, y no es para menos, pues las proyecciones y la realidad van casi de la mano.
Recientemente, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) hizo un anuncio que era esperado con ansias por la comunidad científica: “el pasado abril fue el mes de abril más cálido registrado hasta ahora en el planeta, con una temperatura media de 1,11 grados centígrados superior al promedio”. Ya son tres los meses de este 2016 que han superado con un amplio margen los mismos meses del pasado año, catalogado de por sí como el más cálido.
La preocupación de los efectos catastróficos ahora se extiende hasta la sede de la Organización Meteorológica Mundial, que ya ha anunciado olas de calor sin precedentes y fenómenos meteorológicos extremos a nivel global como consecuencia del cambio climático.
En marzo pasado, el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, dijo: «Nuestro planeta está transmitiendo un mensaje elocuente a los dirigentes de todo el mundo para que firmen y apliquen el Acuerdo de París sobre cambio climático y reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero ahora, antes de que alcancemos un punto irreversible». Este mensaje se sustenta cada día más en la realidad. El jueves 19 de mayo, la temperatura superó récords anteriores al alcanzar 51 grados centígrados en la ciudad de Phalodi, en el noroccidental estado de Rajastán en la India.
Los científicos están declarando una «emergencia climática», por la proyección para los próximos siete meses, dada la tendencia de temperaturas en ascenso. Incluso han llegado a dudar de los compromisos asumidos por los países en el cónclave realizado en París en diciembre pasado y de su posible impacto en la reducción de emisiones de gases contaminantes para poder detener en menos de 2 grados centígrados la elevación de los termómetros antes que finalice el presente siglo.
