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El aislamiento en casa por el coronavirus puede hacernos subir de peso

Con las recomendaciones de distanciamiento social y aislamiento en casa emitidas por las autoridades de diferentes países, muchos negocios y empresas han cerrado sus puertas momentáneamente y han enviado a sus trabajadores a sus hogares para acatar dichas instrucciones.

Demasiada interacción con las mismas dentro de un mismo espacio puede elevar los niveles de estrés en las personas, e incluso causar desconcierto y depresión, reseñó Hipertextual.

Esta es una de las principales preocupaciones en torno al tema del distanciamiento social, sin embargo, ha salido otra a colación: el riesgo de aumentar de peso. El estrés, el aburrimiento y demasiado tiempo en casa constituyen una combinación bastante propicia para comer más de la cuenta, y puede tener consecuencias.

Tal es el caso de Italia, un país no solo conocido por sus exquisiteces culinarias, sino también por ubicarse entre los más afectados por el brote de COVID-19. Muchos de sus ciudadanos han estado encerrados durante casi un mes, y esto parece estar incitándolos a comer demasiado.

Aumentan las compras de alimentos

Un hombre que trabaja como cajero en una tienda de comestibles en el centro de Roma confirmó que desde la semana pasada “las galletas, helados y comida chatarra” empezaron a abundar en los carros de los clientes. “Están aburridos”, dijo, y en efecto, muchos comen por aburrimiento.

Asimismo, la asociación nacional de agricultores Coldiretti confirmó que las ventas de harina se incrementaron un 80 por ciento desde que se impuso el cierre del país a principios del mes de marzo. “Es un auge en el pan casero, la pasta y los pasteles para las familias italianas”, dijeron en un comunicado.

Los gimnasios están cerrados

Otro punto digno de mención es la falta de ejercicio físico que supone estar todo el día dentro de casa. Los gimnasios están cerrados por ser centros de reunión, sin embargo, no está prohibido salir a trotar (en España sí). Sin embargo, en medio de esta situación es un poco difícil desarrollar disciplina para ello, y si todos empiezan a salir para ello esto podría perjudicar el objetivo de las cuarentenas.

El hecho es que el peligro de ganar unos kilos adicionales parece haberse convertido en un miedo secundario frente a la amenaza del COVID-19, que hasta ahora ha matado a más de 2,500 personas en el país europeo y promete cobrar aún más vidas.

Más contenido por Rosa Reyes

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