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El león y el delfín

A solo días de culminar el proceso preelectoral, en medio de tensiones políticas, agobiantes campañas publicitarias y de una batalla campal entre bandos del mismo bando, donde la palabra “pacto” y “acuerdo” tienen el mismo valor que el resultado del proceso digestivo; intento ser objetivo ante la pregunta: ¿realmente debo votar en las primarias abiertas del próximo 6 de octubre? ¿Por qué?

Soy pro ejercicio del derecho y del deber ciudadano; sin embargo, todos los dramas que hemos vivido este año para llegar a este punto, desde el intento de modificación de la Constitución para permitir la reelección hasta las encuestas para elegir al sucesor, me hacen cuestionarme: ¿realmente es parte de un proceso democrático o solo un chisme de patio entre vecinos que no se ponen de acuerdo de cómo y dónde tender la ropa?

No sé mucho de política, y como todo buen millenial tengo serios problemas de distracción por lo que si un candidato, orador, pastor, película, serie, canción o libro no capta mi atención en los primeros minutos me perdió por completo, como es el caso de los actuales precandidatos a la presidencia. Es por esto que decidí hacerme de mis propios medios para dar rienda suelta a mi imaginación y así lograr entender un poco mejor el contexto político actual y tomar decisiones mejor pensadas.

Es muy típico del dominicano referirse a su país como “la jungla” en una muy acertada comparación del comportamiento de la mayoría de sus ciudadanos con el de los animales. Siendo esto así, toda jungla tiene su rey, y por más “tiguere” que sea el tigre, el rey es el león. Esto no lo digo yo, lo dice Discovery Channel. Ahora bien, ¿hasta dónde llega ese reinado? ¿Sabe nadar el león en mar abierto? ¿Cómo se comunica con esa gran cantidad de especies que no hablan su mismo lenguaje? Y si lograra comunicarse, ¿podría confiar con que debajo del mar le son leales y siguen sus instrucciones?

Por otro lado, si vamos a buscar al rey del mar, ¿quién sería? ¿El león marino? No lo creo. Muchos dirían que el tiburón por obvias razones, pero también pudiera ser la ballena por su gran tamaño. Sin embargo, el delfín es conocido como uno de los animales más inteligentes del mundo. ¿Puede el delfín con su inteligencia acabar con un tiburón o con una ballena? La respuesta es sí, pero depende qué tipo de delfín sea, ya que la mayoría son inofensivos excepto uno: la orca. No, no soy bruto ni estoy loco, el Orcinus Orca es un delfín, no una “ballena asesina” como todos le conocen (sí, vayan a Google y verifiquen). Este cetáceo no solo es inteligente sino muy fuerte, capaz de devorar a un tiburón blanco, tragarlo y eructarlo. Pero algunos le acusan de no ser leal a sus líderes, luego de que la orca Tilikum matara a dos de sus entrenadoras en SeaWorld, Orlando.

En fin, tenemos a los dos prospectos para el reinado. Por un lado el león, bastante conocido, repetido y endiosado; y por el otro lado, un nuevo delfín que ni lo teníamos en la lista pero apareció y se comió a todos los demás delfines. ¿A quién le apuestas?

Resulta bastante curioso que algunos 400 años antes de Cristo, el fabulista griego Esopo escribió un breve apólogo que hoy pareciera ser una profecía, llamada precisamente “El león y el delfín”. Aquí se lo comparto:

“Paseaba un león por una playa y vio a un delfín asomar su cabeza fuera del agua. Le propuso entonces una alianza:

– Nos conviene unirnos a ambos, siendo tú el rey de los animales del mar y yo el de los terrestres -le dijo-.

Aceptó gustoso el delfín. Y el león, quien desde hacía tiempo se hallaba en guerra contra un toro salvaje, llamó al delfín a que le ayudara. Intentó el delfín salir del agua, mas no lo consiguió, por lo que el león lo acusó de traidor.

– ¡No soy yo el culpable ni a quien debes acusar, sino a la Naturaleza — respondió el delfín —, porque ella es quien me hizo acuático y no me permite pasar a la tierra!
Moraleja: Fíjate que tus aliados estén capacitados para unirse a ti en lo pactado.”

¡Sin desperdicios! Con razón los grandes filósofos de la historia citaban tanto a Esopo. Sus relatos recobran vida una y otra vez a lo largo de la historia.

Hace apenas unos días, centenares de delfines quedaron varados en una playa de Cabo Verde. Una escena muy extraña y preocupante, en la que se visualizaba a muchas personas intentando devolver a los delfines al mar. Hasta el momento se desconoce la razón por la cual estos animales se lanzaron a la orilla, en lo que pareciera ser un acto suicida. Un experto explicó que una posible causa pudo haber sido que el delfín líder se desorientó en la ruta y sus seguidores sufrieron las consecuencias. ¡Tanto nadar para morir en la orilla!

El chiste es que estos delfines pertenecían a una especie muy particular llamada, nada más y nada menos que delfines cabeza de león. Lamentablemente nunca sabremos si el líder se perdió por delfín o por león, pero lo cierto es que muchos le siguieron y perecieron.

El voto es algo serio. Ejemplos nos sobran de naciones cercanas que por lealtad a una ideología ejercieron el voto a favor de su autodestrucción.

Por esto, si al igual que yo aún no sabes si vale la pena votar para elegir al animal correcto de cara a las elecciones del 2020, después de haber leído este escrito te sugiero estos pasos: 1) examina la realidad de tu entorno y piensa si necesitamos un león o un delfín; 2) piensa en las opciones de león y delfín que tenemos, ¿te representan dentro de tu selva o mar?; 3) si tienes a otro animal identificado para el 2020, ¿entiendes que alguno de estos dos le representa una amenaza mayor?

Antes de concluir este enredo animal, quisiera dejar algunas preguntas a modo de reflexión: ¿Soy yo el único que piensa que la oposición a lo único que se opone es a retomar el poder? ¿Te parece que el león está obsesionado con el poder? ¿Confiarías en un nuevo delfín? ¿Te sientes igual de estafado que yo al saber que “Willy” siempre fue un delfín y no una ballena?

¡QUE NINGÚN LÍDER TE DEJE VARADO EN LA ORILLA!

Por Iván Alcántara

Más contenido por Redacción CDN

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