Estados Unidos emitió el sábado una declaración en la que advierte a Arabia Saudita, de mayoría sunita wahabista, por la ejecución del clérigo chiíta Nimr Baqer al Nimr.
El episodio, según el vocero del Departamento de Estado John Kirby, podría «exacerbar las tensiones sectarias en el país», en un momento en el que urge que las mismas sean reducidas.
Además, EEUU llama al gobierno saudita a «respetar y proteger» los Derechos Humanos en el país, ante el anuncio de que, junto con Nimr Bager al Nimr, otras 46 personas fueron ejecutadas. Algunas de ellas por sus vínculos con el grupo terrorista Al Qaeda, según explicó el gobierno de Riad.
Por otra parte, el Departamento de Estado insta al gobierno saudita a permitir las expresiones disidentes y a trabajar con los líderes de todas las comunidades para reducir las tensiones causadas por las ejecuciones del sábado.
Nimr al Nimr fue acusado por el gobierno de incitar a la violencia a la minoría chiíta. El clérigo había sido detenido en 2012 durante una serie de protestas y manifestaciones en el país contra la monarquía saudita.
Por su parte, las autoridades defendieron su decisión de ejecutar a 47 personas, en su mayoría condenados por terrorismo pero también a un prominente clérigo chiíta, y alegaron que todos fueron sometidos a juicios justos.
El vocero del Ministerio del Interior, Mansur al Turki, afirmó en una rueda de prensa que «las autoridades se aseguraron de la identidad de todos los condenados antes de ejecutar las sentencias legales», ratificadas por los tribunales.
La ejecución tensionó a su vez las ya complicadas relaciones entre el Arabia Saudita e Irán -de mayoría chiíta-. En efecto, el régimen iraní convocó al encargado de negocios saudita en la República Islámica -número dos en una misión diplomática, por debajo del embajador, que todavía no se encuentra en el país- en señal de protesta por la ejecución del clérigo Nimr Baqer al Nimr, según informó la televisión estatal iraní.
