Pensándolo bién

El pez siempre muere por la boca

Caricatura de Garrincha, El Nuevo Herald
Caricatura de Garrincha, El Nuevo Herald

Por la boca muere el pez y el hombre por la palabra, un refrán popular que le viene como anillo al dedo al candidato republicano Donald Trump.

Desde que comenzó su camino a la Casa Blanca, el magnate inmobiliario ha utilizado sus feroces ataques como arma, en la contienda de su partido le función muy bien pero otra cosa ha sido en el último tramo de esta carrera a la presidencia.

Los debates presidenciales se convirtieron en peleas prácticamente personales, salvo el último donde, gracias al moderador, Chris Wallace, hubo algo de intercambio de ideas de los planes de gobierno de cada uno de los candidatos. Claro está que Trump no podía estar quieto por mucho tiempo y desató la controversia al afirmar que no reconocería los resultados de las elecciones, dejando un suspenso muy preocupante, al día siguiente su Jefa de Campaña tuvo que salir a toda prisa a tratar de rectificar lo dicho por el candidato republicano, pero fue el balde, pues en un acto de campaña en Ohio el controversial Trump afirmó que sólo aceptaría el resultado de las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre «si gana», algo sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos. Para su compañero de fórmula Mike Pence aclarar las ideas expresadas por Trump se ha convertido en una tarea de rutina.

El candidato republicano con sus comentarios nos trasladó a muchos de nuestros países, donde casi siempre el candidato que pierde las elecciones denuncia fraude o manipulación en el proceso, sembrando en muchos casos desconfianza en los sistemas electorales, pero esto nunca había pasado en los Estados Unidos. En el año 2000 cuando el Estado de la Florida, ante una reñida votación, el demócrata Al Gore solicita un reconteo de votos, pero pierde el derecho a realizar un recuento por una decisión del Tribunal Supremo, en ese momento dominado por los Republicanos, pocos días después el demócrata reconoce el resultado que le daba un victoria a George W. Bush.

En Estados Unidos no existe un único ente Electoral, sino uno por cada estado, o sea, 50, con total independencia. Si el candidato republicano pretende impugnar las elecciones, al desconocer como él dice los resultados, deberá realizar 50 impugnaciones, una por cada uno de los estados, acción que le costará muchísimo dinero y sería su final en la política.  Trump anuncia un supuesto fraude y la mayor parte de los estados de EEUU están controlados por el Partido Republicano, al que pertenece precisamente, Donald Trump. Curioso, verdad?

La campaña de Hillary Clinton ha utilizado como bandera cada uno de los “nefastos comentarios” del contrincante republicano, logrando así avivarla un poco; casi siempre los mejores momentos los ha facilitado el republicano, que evidentemente no lograr mantener su boca cerrada y guiarse por lo que sus asesores le aconsejan.

Donald Trump nunca  supo aprovechar la desventaja que tenía su rival demócrata, un amplio rechazo entre los votantes; la personalidad, el ego, la prepotencia y arrogancia del magnate le pueden costar la victoria este 8 de noviembre.

Autor: Lety Bonnin

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