Óscar de la Renta ha dado un fuerte escarmiento a su hijo adoptivo. El famoso diseñador dominicano ha decidido dejar una mínima parte de su herencia a su rebelde descendiente, Moisés de la Renta, de 30 años. Según ha publicado ‘The New York Post‘, el joven solo recibirá unas migajas de la fabulosa herencia, estimada en unos 23 millones de euros.
La relación entre padre e hijo no fue siempre buena. «Óscar le quería como a un hijo de verdad, pero pasaron por momentos muy muy difíciles», explica a ABC una antigua clienta del diseñador afincada en Madrid. «Moisés llegó a darle muchos dolores de cabezas a su padre y no se lo puso fácil. Pero se querían mucho», añade. Hace unos años el joven De la Renta intentó lanzar su propia firma de ropa utilizando el nombre de su progenitor, lo que habría sido la gota que colmó el vaso.
El famoso diseñador falleció el año pasado a los 82 años edad, dejando todos sus bienes a su segunda mujer, Annette, con la que llevaba casado desde hacía 25 años. La herencia incluye su piso de Park Avenue, valorado en 13 millones de dólares; la casa de Connecticut en la que murió, tasada en casi 3 millones; y su condominio en Punta Cana, a pocos metros de las casas de Julio Iglesias, Mikhail Baryshnikov y el magnate dominicano Frank Rainieri.
Annette, una de las «socialites» más respetadas de la alta sociedad neoyorquina, también ha sido nombrada albacea de un fideicomiso de 4,5 millones de dólares. Su hija, Eliza Reed Bolen, vicepresidente del imperio de moda Óscar de la Renta, sería la segunda al mando de este «trust». Por su parte, Moisés, que fue rescatado de un contenedor cuando era un recién nacido, solo recibirá una pequeña parte de esa suma y en el caso de que el joven intente impugnar el testamento no recibirá ni un céntimo.
