El nuevo presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, afirmó en su discurso de investidura que gobernará «para todos», con un «compromiso irrenunciable con la justicia social», y que combatirá la corrupción.
Sánchez Cerén, el primer exguerrillero en alcanzar la Presidencia salvadoreña, dijo recibir «con humildad y profundo respeto» la banda presidencial que le impuso el titular del Parlamento, Sigfrido Reyes, luego de tomarle la promesa constitucional.
También destacó que «seguridad, empleo y educación» serán las «prioridades» de su Gobierno, el segundo consecutivo del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Sánchez Cerén, de 69 años de edad, se convirtió en el primer excomandante guerrillero en asumir la Presidencia de este país centroamericano que sufrió 12 años de conflicto armado interno entre la exguerrilla y el Ejército salvadoreño.
Asumió el cargo para el período 2014-2019, el segundo consecutivo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en sustitución de Mauricio Funes, cuya madre había fallecido la noche anterior y de cuyo Gobierno Sánchez Cerén fue el vicepresidente.
La ceremonia de toma de posesión de Sánchez Cerén se efectuó con la presencia de unas 6.000 personas, entre ellas el presidente Danilo Medina y otros dignatarios de Latinoamérica y el mundo.
