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Violencia de género: Señales iniciales y su impacto durante la pandemia

«Una mente criminal que  amenaza, ya lo dijo, el próximo paso es ejecutarlo»

Santo Domingo.- La fiscal de la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia de Género, Ana Andrea Villa Camacho, informó sobre la importancia de la valoración de las características que suelen acompañar a los victimarios en cuanto a los ataques perpetuados hacia sus parejas; resaltó los principales indicadores de la violencia feminicida.

“Esta persona que agrede, que tiene multiplicidad de denuncias; que ha agredido a una pareja en Dajabón, en Higüey, que se mudó de pueblo y sigue agrediendo o que haya agredido la misma pareja en otras ocasiones, el que porte armas de fuego legal o no es un indicador claro de violencia feminicida”, informó.

“Aclaro que la violencia feminicida  habla de que es la violencia más extrema, no hablamos de una violencia solo física, es aquella que tiene como objetivo terminar con la vida de la mujer y que culmina con el asesinato; es un crimen de odio con el fin de desaparecer físicamente a la mujer o causar un daño grave;lesiones permanentes como el ácido del diablo o mutilaciones en alguno de sus miembros etc”, continuó detallando.

La magistrada hizo énfasis en que es vital la observación de indicadores conductuales que dan a entender el alcance que pudiera tener el agresor con su víctima, siendo esta parte significativa para lograr acciones desde las estructuras judiciales que no acaben comprometiendo la integridad física, emocional y familiar de la misma.

“Hay indicadores… ese hombre que utiliza el arma de fuego  en contra de la mujer, ya la amenazó, una mente criminal que  amenaza, ya lo dijo, el próximo paso es ejecutarlo; el hombre agresor que viola la orden de protección, que agrede a la mujer delante de sus hijos, que además de agredirla físicamente, la obliga a sostener relaciones sexuales es una amenaza constante”, declaró.

Villa Camacho expresó que ante este tipo de agravantes es improcedente hablar de realizar un acta de compromiso, acción penal prudente únicamente en casos que demuestran conflictos de pareja,  sin que estos necesariamente representen un riesgo vital para la misma.

Desde la sombra

De su lado, la directora del Instituto de Género de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Virtudes de la Rosa, habló sobre el impacto de la violencia desde el punto de vista de la pandemia, realidad que consideró acentúa el problema a partir de la accesibilidad que tienen las victimas a un sistema judicial, ocasionalmente ausente.

«Por la pandemia no se redujo la violencia, muchas mujeres no pudieron ir a poner sus denuncias; algunas líneas de atención del Ministerio de la Mujer, estuvieron cerradas; no se entendía que eran instancias que debían permanecer abiertas», contó.

Así mismo  resaltó las imposiciones de un sistema que pareciera beneficiar a los victimarios dentro del régimen de consecuencias.

«A veces vemos un abogado defiendo un agresor muchas veces otorgado por el mismo sistema… cuando la mujer no tiene uno necesariamente; es decir son muchos los factores que influyen en el círculo de violencia», insistió.

Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estima que alrededor del 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física o sexual en algún momento de sus vidas, y que 137 mujeres son asesinadas cada día por miembros de su propia familia.

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