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Valle Nuevo sur entra en fase de tasación tras año y medio de plazos fatales

Santo Domingo, RD.- El cumplimiento de la resolución que en 2021 emitió Medio Ambiente para completar el rescate de Valle Nuevo, que había quedado inconcluso desde que se realizó un primer desalojo por el lado norte, ha sido pospuesto en varias ocasiones.

Las autoridades han dispuesto una serie de plazos que parecen haber sumido el proyecto en un letargo. Año y medio después es cuando se inicia un proceso de tasación que sería el último paso para comenzar con el pago a los agricultores y reubicar a campesinos a fin de recuperar por completo esa importante reserva natural denominada “Madre de las Aguas”.

Acceder a Valle Nuevo, desde el lado sur, es decir por Ocoa, supone toda una aventura. Lleva al más majestuoso y encantado de los paisajes, aunque el trayecto se ve empañado por la explotación agropecuaria. Ese es el mismo recorrido que deberán hacer tasadores para comprobar el daño.

Ney Soto, director de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente, indica que, además de determinar el costo por cada propiedad, la tasación también servirá para poner fin al dilema sobre la cantidad de productores y familias que pernoctan en la zona.

Con el proceso de tasación, Medio Ambiente se ubica en la ruta correcta para completar la recuperación del parque. Pero ambientalistas llegan un poco tarde.

A Valle Nuevo lo declararon zona de veda en 1961. Posteriormente, reserva científica natural en 1983, hasta llegar a ser el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, en 1996.

Cuenta con una superficie que supera los 900 kilómetros cuadrados. Tiene más de dos mil metros de elevación, en un conjunto de imponentes montañas, que en la cima crean un horizonte de belleza natural sin fin.

Desde los años 60 cuenta con la barrera legal de un área protegida. Hace más de dos décadas lo declararon en parque nacional. No es hasta 2016 cuando comienzan a darse pasos concretos para eliminar todo lo que amenaza la diversidad de ecosistemas en ese valle.

Hacia el rescate de Valle Nuevo

En enero de 2017, el entonces ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, tomó control amparado en la resolución 14-16 del 29 de septiembre de 2016, que ordenaba implementar el Plan de Rescate del Parque Nacional Valle Nuevo. Sin embargo, esa resolución se ejecutó de manera parcial, es decir, en la parte norte del parque que se accede por Constanza. Dejó inconcluso el trabajo de al menos 115 kilómetros cuadrados de la parte sur, por San José de Ocoa.

Una sentencia del Tribunal Superior Administrativo de 2018 obligó la reactivación de los aprestos para completar ese rescate. Tras el cambio de Gobierno, se emitió la resolución 16-21 del 15 de junio de 2021, que ordena la implementación de un “Plan de Acción para el Rescate de Valle Nuevo”. Se fijó un plazo de 100 días para desalojar los linderos al sur del parque.

Ese sería el primero de al menos cuatro plazos que han extendido por más de año y medio la ejecución de esa resolución que ordena el desalojo de Valle Nuevo.

Además de la prorrogación de plazos, otra circunstancia que pudo incidir en el retraso del Plan de Rescate fue la repentina muerte en junio de 2022 de quien comandaba su ejecución. El entonces ministro Orlando Jorge Mera murió a tiros en la sede de Medio Ambiente por un hombre que ahora enfrenta la justicia.

En el lapso de un año que había otorgado el ahora fenecido ministro, la entidad rectora de los recursos naturales del país la asumió la vicepresidenta Raquel Peña. Un mes después de la tragedia se designó al actual incumbente, Miguel Ceara Hatton. 

Ceara Hatton vio vencer ese plazo el 30 de noviembre del año pasado. Pero, al parecer, no fue tiempo suficiente para completar el desalojo. Las autoridades volvieron a fijarse otros seis meses para retomar el proyecto con un proceso de tasación que apuesta a redefinirlo todo. Ahora se han vuelto a activar los operativos para que en esa reserva no se siembre más.

Una nueva oportunidad

Valle Nuevo se enfrenta a una nueva oportunidad de que se erradique por completo la agricultura en esa área protegida. Su mayor peligro es que amenaza una riqueza hídrica que representa más del 50 por ciento del agua que requiere el país.

Mientras las autoridades realizan levantamientos y operativos de control de acceso, agricultores continúan cultivando y advierten solo saldrán cuando reciban una retribución por los terrenos que llevan toda una vida habitando.

El plan parece estar definido: indemnización a productores, reubicación de familias vulnerables y cese del cultivo. Resta esperar que el rescate sea complete para que Valle Nuevo no continúe bajo una amenaza ambiental latente.

Más contenido por Karilyn Cuevas