Santo Domingo, RD.- Desde tempranas horas de la mañana es notoria la cantidad de perros de la calle que se dispersan en las distintas vías de Santo Domingo Este y todo el país, donde son atacados por antisociales, ante la indiferencia e inacción de las autoridades.
Los caninos se exponen a todo tipo de peligros y maltratos sin que nadie vele por su bienestar. A pesar de que existe una legislación que sanciona este delito, la ley 248-12 de Protección de derecho animal.
Según la Ley es obligatorio atender a perros de la calle
Esta normativa señala en su artículo 4 que: “Es obligación del Estado salvaguardar los derechos de los animales e igualdad ante la vida y protegerlos. Establece penas contra el desprecio, el irrespeto, la desatención, el descuido, el abandono, el maltrato y la crueldad a que son sometidos. Además prohijando el cuidado de las especies y su hábitat.
Pero en República Dominicana solo queda plasmado en simples hojas y líneas”, establece el artículo 4, de dicha ley.
Ante esto surge la interrogante: ¿qué hace el país para cuidar sus perros callejeros?
El artículo 8 de la ley 248-12 refiere que el Estado, a través del Ministerio de Salud Pública, debe crear programas de vacunación de animales. Sin Embargo, es notable el descuido constante a lo que son expuestos los caninos.
En los últimos meses la incidencia de maltrato animal por parte de antisociales ha aumentado en distintas facetas. Una de ellas, las redes sociales, donde la violencia y la crueldad hacia ellos son expuestas por los mismos ciudadanos.
Albergues como Quisqueya en desarrollo, presidido por Myrian Rodríguez y Fundación Albergue S.O.S, con Darío Andújar hacen esfuerzos para rescatar los perros de la calle. No obstante, las cifras se mantienen muy elevadas.
YA NO ES “PERRO CALLEJERO”
Desde el año 1994, la Organización Panamericana de la Salud cambió el título de perro callejero a “perro de dueño irresponsable”. Debido a que la mayoría de esos caninos son abandonados por sus dueños, que muchas veces se cambian de residencia.
Hace falta un plan con carácter de urgencia que logre establecer controles al desenfrenado aumento poblacional de los perros de nadie. Estos perros que viven en calles y avenidas sin que las autoridades correspondientes muestren ningún tipo interés al respecto.
Colaboración de Esther Mateo de los Santos
