En menos de un mes, el exdirector de la Oficina de Ingenieros Superiores de Obras del Estado (OISOE), Francisco Pagán, pasó de imputado en un caso por supuesta corrupción administrativa a ser uno de los testigos principales en otro.
Tras unos dos años desfilando por los tribunales detenido como uno de los imputados en el caso Antipulpo, el ex director de la OISOE pactó con el Ministerio Público y fue condenado a cinco años de reclusión bajo modalidad especial, de los que sólo cumpliría los dos años y 11 meses restantes en su residencia.
Además, el pago de más de 40 millones de pesos y se le decomisaron algunos bienes.
Pero, el acuerdo no fue fortuito. Francisco Pagán se convertiría en un delator premiado y su testimonio base fundamental, tanto para el caso por el que fue sometido, como para la operación más reciente de las autoridades.
Así, a partir de las relaciones de Pagán y otros testigos en el caso Calamar, el Ministerio Público sometió ante la justicia a los ex ministros, Donald Guerrero, José Ramón Peralta y Gonzalo Castillo junto a varios coimputados por el supuesto desfalco al Estado que supera los 19 mil millones de pesos.
En este último caso, Pagán habría sido la persona que contactó al ingeniero Bolívar Ventura para distraer fondos públicos mediante cubicaciones falsas y otras estrategias, con la finalidad de financiar la campaña de 2019 y 2020 del PLD.
El Ministerio Público busca demostrar con el testimonio de Francisco Pagán, otros testigos y elementos de pruebas tanto los actos de corrupción en que incurrieron el resto de encartados en Antipulpo y los vinculados a Calamar.
