SANTO DOMINGO, RD.-En la República Dominicana, la reciente controversia en torno al pelotero de Grandes Ligas, Wander Franco, destapa un oscuro panorama: el abuso sexual a menores, un delito que ha alcanzado niveles alarmantes en el país.
Lo inquietante de esta problemática, según una trabajo de investigación presentado por la periodista Julissa Céspedes en su programa Reporte Especial, es que se ha normalizado a tal grado que la ciudadanía no siempre lo percibe como un delito, desencadenando un círculo vicioso de impunidad y culpabilización de las víctimas.
El abuso muchas veces tiene sus raíces en el seno familiar, donde padres perversos utilizan a sus hijas e hijos como moneda de cambio. Sin embargo, es esencial que el sistema judicial no discrimine entre casos mediáticos y aquellos que ocurren en la oscuridad, castigando sin distinción a quienes caen en la tentación de vulnerar la integridad de los menores.
Casos emblemáticos
Estos son solo algunos ejemplos de una problemática que ha dejado una marca indeleble en la sociedad.
Entre los más sonoros se encuentran los del exdiputado y aspirante a alcalde por Santo Domingo Este, Julio Romero; el exsenador Bernardo Alemán; el exdiputado Ramón Fernández, también conocido como «Papo»; el exfuncionario Juan Arístides Rodríguez; el exembajador Donni Santana; y los comunicadores Kelvin Francisco Núñez Morel, reconocido como el payaso Kanki, y Pablo Ross, demuestran de manera concluyente que el problema es amplio y persistente.
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Interrogantes
Este fenómeno, que ha permeado diversos estratos sociales, plantea interrogantes sobre la efectividad de las instituciones encargadas de proteger a la infancia en la República Dominicana. ¿Existe un protocolo claro para investigar los numerosos casos de jovencitas que llegan embarazadas a los hospitales? ¿Qué acciones emprende la Procuraduría y el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia en estos casos? ¿Se han realizado operativos en discotecas y conciertos para identificar y proteger a los menores involucrados?
La realidad es que la República Dominicana lidera las cifras regionales en sexualidad temprana y embarazo en adolescentes, problemáticas que se ven exacerbadas por la pobreza, el atraso y la delincuencia.
