SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los escombros se han convertido en un nuevo peligro que afecta a los aún permanecen en La Barquita Vieja, a orillas del río Ozama, mientras que en el complejo habitacional La Nueva Barquita, los moradores se preocupan por el posible cobro de RD$1,500 por mantenimiento.
Desde clavos atascados en pedazos de madera, hierros oxidados, hasta hojas de zink en el suelo húmedo de La Barquita Vieja se transforman en el nuevo peligro para los aún residentes de esa zona, quienes suman esto a sus preocupaciones por la eventual crecida del río.
Y es que los niños serían las principales víctimas para contraer enfermedades producto de los desperdicios, que aseguran recoge el Gobierno de forma paulatinamente.
Aquellos que ya se encuentran en el complejo habitacional construido por el gobierno La Nueva Barquita resaltan que ha sido un cambio del cielo a la tierra el vivido con su reciente mudanza a estos apartamentos, mientras los que quedan en La Vieja Barquita esperan con ansias su traslado.
Otros de los beneficios que podrán obtener los que viven en el nuevo proyecto habitacional es la construcción de un teleférico, como alternativa de transporte y cuya edificación está avanzada.
