Santo Domingo, RD.- Efraín Pimentel es un joven dinámico y creativo que trabaja como digitador en una escuela de Bani, pero que ha tenido que lidiar toda su vida con el acoso por la obesidad.
Con apenas 33 años tiene más de 400 libras, que le impiden formar familia y alimentan el temor de desarrollar las terribles enfermedades que le quitaron a su madre y mantienen a su padre postrado.
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En Villa Sombrero, uno de los tantos sectores de Bani, la ciudad del mango, allí vive Efraín.
Reside con su padre, una tía, hermanas y sobrinos. Allí convive también con el peso de la obesidad mórbida.
Tiene 434 libras en un tamaño de 5 pies y 11 pulgadas.
Esta peligrosa condición además le ha impedido formar familia, ser más productivo.
E incluso, terminar la maestría que inició luego de recibirse como administrador de empresas porque simplemente no puede evitar quedarse dormido en cualquier momento.
Pero trata de sobrellevarlo trabajando en esta escuela donde es digitador de 8 a 4 y sigue la jornada hasta altas horas de la noche desde su casa.
Tiene casi 34 años, pero viene luchando contra la obesidad desde niño.
El acoso más cruel se queda corto frente al episodio que sufrió entre 2018 y 2019.
Ahora teme ser presa también de esas enfermedades hereditarias y ve en la bariátrica su salvación.
Efraín Pimentel asegura que de ser escogido para «perder peso y ganar vida» volverá a ser aquel creativo, emprendedor y activista por el bien de los suyos.
Por Karelyn Cuevas
