La administración actual de Líneas Aéreas de España, S.A. tiene un modelo de negocio que perjudica a los consumidores.
Esa empresa, mejor conocida como Iberia, no respeta los servicios que vende a sus clientes. Si una persona paga un mayor precio por un billete de avión para adquirir un determinado asiento, con ciertas características de comodidad, Iberia puede unilateralmente cambiar ese asiento por otro peor justo al momento en que se inicia el proceso de abordaje. Es obvio que en ese instante el consumidor no puede seleccionar otra aerolínea, sino que debe tomar lo que le ofrece la empresa.
La compañía española ofrece dos opciones. La primera opción consiste en que el pasajero vuele en un asiento que no cumple con las comodidades que había adquirido y pagado. Iberia le dice al pasajero que le reembolsará la diferencia que ha pagado de más por ese asiento de mejor calidad. La segunda opción que le ofrece Iberia es que el pasajero vuele en una categoría superior, por ejemplo, en Primera Clase, pero pagando varios centenares de euros adicionales.
Es obvio que ambas opciones perjudican al pasajero. La primera porque la devolución del dinero no compensa el malestar que le provoca volar en un asiento que no le maximiza su bienestar. Y la segunda porque le obliga a pagar una suma de dinero que el pasajero no tiene o no desea pagar.
Al momento de abordar, Iberia tiene una posición dominante y abusa de ese poder. Por eso espero que este comentario llegue a las agencias que protegen al consumidor y la competencia. Así se logrará que Iberia comience a respetar a sus pasajeros, lo cual es muy importante para un país turístico como República Dominicana.
