Santo Domingo, RD.- El Ministerio Público señala que con dinero del Estado el principal imputado en la operación Medusa, el exprocurador Jean Alain Rodríguez, creó un equipo publicitario que se encargaba de pulir su imagen para convertirlo en presidente de la República Dominicana. Este grupo montó una granja de bots que, entre otras cosas, se dedicaba a difamar y calumniar a quienes solo buscaban informar a la población. Esto con el objetivo de desacreditarlos, así como encubrir y manipular la verdad implantando el virus de la desinformación.
El programa #ReporteEspecial con Julissa Céspedes revela que Jean Alain Rodríguez y su equipo usaron la desinformación y el acaso como estrategia o arma para atacar a periodistas y comunicadores.
Las aspiraciones presidenciales de Jean Alain Rodríguez lo llevaron a crear un ambicioso equipo de publicidad, propaganda, ataques, defensas y promoción de su imagen. Estaba compuesto por el Departamento de Comunicación de la Procuraduría, asesores españoles, mexicanos. Y pagados con dinero de los contribuyentes. El equipo lo lideraba la hoy senadora mexicana Alejandra Lagunes.
También formaba parte del aparato de comunicación de exprocurador un equipo de apoyo de Ecuador. Así como su asesor, Miguel José Moya, la Dirección de Campañas Sociales, y la Unidad de Redes Sociales. Esta última se encargaba de la granja de bots.
Conforme el Ministerio Público, desde la granja de bots se crearon 18 mil cuentas falsas. Con estas se inducían tendencias, ataques a personalidades que ejercían su derecho a la libre expresión, y defender a Jean Alain Rodríguez.
Este equipo trabajaba para vigilar a “la lista de los detractores”: líderes de opinión e influencers a quienes seguían, hostigaban, vigilaban, atacaban y difamaban en las plataformas digitales. Entre estos se encontraban Altagracia Salazar, Edith Febles, Marino Zapete, Patricia Solano, Sergio Carlo, Lucienne Carlo, Somos Pueblo, Huchi Lora, Laura Díaz, Daury Santana, Ricardo Nieves, Juan Bolívar Díaz, entre otros.
La Unidad de Bots era parte del Departamento de Campañas Sociales quienes también manipulaban las tendencias de favorabilidad hacia la figura del exprocurador. Hacían comentarios positivos y criticaban o enfrentaban a los que consideraban detractores.
Cuando habían encuestas digitales, la granja de bots participaba mediante las cuentas falsas para mejorar la imagen de Rodríguez Sánchez denominado como “el prospecto”.
La historia inicia con un viaje de Jean Alain Rodríguez a México, que disfrazó de un interés oficial. Pero su objetivo era visitar la empresa de comunicación DGI Consultoría Estratégica, que posteriormente contrató y se instaló en el país.
Al equipo de los mexicanos, conocidos como “Los Tequilas”, se le instaló un espacio en un inmueble rentado por un contratista de la Procuraduría. Estaba ubicado en la calle El Recodo, apartamento A, Edificio 3, Embajador II, del sector Jardines del Embajador, lugar al que se le denominó, El Bunker.
De acuerdo con la acusación, Jean Alain Rodríguez pagaba por concepto de alquiler de este edificio 2 mil 500 dólares mensuales. El inmueble fue remodelado por más de 1 millón 500 mil pesos, y costeada con prepuesto de la Procuraduría.
Entre los trabajos realizados por la empresa mexicana se encuentra un informe sobre la figura política de Rodríguez Sánchez. Y una encuesta digital sobre sus aspiraciones presidenciales. Por ese trabajo se le pagó de manera personal, y en efectivo 160 mil dólares. El órgano acusador dice tener pruebas de cómo Rodríguez Sánchez utilizó mecanismos de pitufeo para lavar activos. De igual forma, usó su influencia para que el equipo que trabajaba para la senadora Alejandra Lagunes, que entraba y salían con frecuencia del país, pudiera utilizar el Salón de Embajadores del Aeropuerto Internacional de las Américas.
Con el objetivo de ocultar el beneficiario final de las campañas publicitarias elaborada por la empresa DGI Consultoría Estratégica, en el 2018, Jean Alain Rodríguez, instruyó la confesión del contrato a nombre de su hermano, Carlos Augusto Rodríguez, quien falleció posteriormente, y el mexicano Ricardo Fernández Audiffred, quien representaría a la a la senadora Lagunes Soto, conocida por ser la asesora del expresidente mexicano, Enrique Pena Nieto.
Según el documento acusador, la senadora Lagunes participó en una operación de lavado de activos. Esto en virtud de que su fraudulento contrato tenía un objetivo ilícito. Recibía un pago de 125 mil dólares mensuales en efectivo, excepto el último pago. El dinero era sacando con miembros de la red, en suma inferior a 10 mil dólares, para evadir la fiscalización. A esta se le habría pagado al menos 2 millones de dólares en total por sus servicios
