Santo Domingo, RD.- A punto de caer en la desesperación se encuentran ciudadanos que ven sensiblemente afectados sus bolsillos, a pesar de los esfuerzos de las autoridades para paliar la carestía de los combustibles.
La cotidianidad para los dominicanos ha sufrido cambios debido al alto costo de los productos y servicios que requiere para enfrentar su día a día.
Recorren cada día la misma distancia hacia sus trabajos, pero el costo para hacerlo ahora es mayor y suele duplicarse si se trata de diligencias en el centro de la cuidad.
A pesar de que el gobierno asume unos cuatro mil millones de pesos mensuales por subsidio a los carburantes, los ciudadanos deben comprarlos a un precio exorbitante.
El grito desesperado también viene desde los chóferes de carros públicos quienes esperan se concretice el aumento del subsidio, de tres mil a cinco mil pesos mensuales, anunciado por el gobierno para las alzas en los precios de los pasajes.
Llegar a casa al término de la jornada supondría soltar la presión; sin embargo, tienen que enfrentarse a la carestía de la electricidad, de los alimentos y gas para cocinarlos.
La carestía de los combustibles aumenta la preocupación de los conductores, ya sea que usen sus vehículos como herramienta de trabajo o para trasladarse a sus empleos.
