Santo Domingo.- El vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no solo cumplió su agenda oficial saco un espacio dentro de su complicado tiempo para reuniones con empresas de capital americano y en la noche del Jueves disfruto de tour en la zona colonial, el Alcázar de Colon y casi terminando el día disfruto de la gastronomía dominicana con un pollo ala brava.
La apretada agenda del vicemandatario americano inicio el jueves temprano con reuniones desde el palacio Nacional con el presidente Danilo Medina y parte de su tren gubernamental, pasada las cuatro 30 de la tarde salió del Palacio Nacional rumbo a la Zona Industrial de Haina donde conoció las instalaciones y se reunió por espacio de una hora con los ejecutivos de la multinacional Marítima Dominicana.
Pasada esta parada se encamino rumbo a la embajada de los Estados Unidos donde mantuvo un intercambio con prensa Internacional y parte del cuerpo diplomático acreditado en el país.
De ahí partió nuevamente al Hotel donde se hospedaba saliendo unos 30 minutos después hacia la histórica zona colonial, llegando hasta el Alcazar de colon donde participó de un tours acompañado de su nieta y un sobrino.
Luego de esto partieron al restaurant Pata de Palo donde el vicepresidente de los Estados Unidos probo la gastronomía dominicana pidiendo un pollo a la brava.
Aprovechó para intercambiar impresiones, Fotos y hasta se sentó con una familia dominicana que estaba en el lugar.
Salió finalmente pasada las diez 30 rumbo al Hotel Sheraton donde concluyo su día.
La Nota discordante fue el gran aparataje de seguridad por parte del Estado Dominicano, impidiéndoles a los peatones hasta caminar por la acera frente al hotel, al límite que una persona discapacitada la mandaron a correr por que en cualquier momento salía la caravana fuertemente custodiada.
Además de los bloqueos al equipo de CDN que cubría las incidencias por el teniente Coronel Calvo quien en atribuciones propias cruzo esta unidad de la policía para impedir el libre acceso de cobertura que tienen los medios de comunicación en cualquier lugar del país.
Sin contar las casi cien unidades motorizadas de Amet que de manera graciosa disminuían el paso para que no se le diera seguimiento a la visita de la autoridad gubernamental norteamericana.
