Santo Domingo, RD.- El crimen en la República Dominicana sigue reproduciéndose de una forma muy avanzada, adquiriendo distintas maneras para pasar por desapercibido antes las autoridades y obtener el objetivo deseado.
Además de las poderosas bandas dedicadas al tráfico de drogas, en el país existen estructuras especializadas en robar desde un celular o metales de infraestructuras públicas, hasta vehículos de las más variadas marcas y precios.
Las hay de falsificadores de tarjetas de crédito, de sicarios especializados en secuestros y asesinatos por encargo, de robos a viviendas, de cuatreros especialistas en el robo de ganado, para desmantelar cementerios, de extorsionar y controlar a los presos en las cárceles, así como para despojar de baterías, espejos, aros y otras piezas a vehículos.
También existen las bandas que operan por temporadas, como las que durante las navidades se instalan en las proximidades de los aeropuertos para sustraer maletas y paquetes a los viajeros procedentes del extranjero, y las que realizan sus “tumbes” en los días de intercambio comercial en los distintos pasos del mercado fronterizo.
Sus miembros, en su mayoría, son los hijos de la calle, a quienes el brazo de la pobreza alcanza por los callejones del barrio para reclutarlos al mundo de la delincuencia, que cada vez gana más terreno y pega con fuerza al ciudadano común, que se ve limitado para realizar sus actividades cotidianas por temor a convertirse en presa de estas células criminales.
Se trata de un submundo casi imperceptible que tiene presencia en varios puntos del país, organizados en pequeños escuadrones que forman parte de las denominadas “Naciones”, las cuales se rigen bajo una férrea doctrina, estatutos, códigos, señales, lenguajes y ritos.
Según explica el abogado y experto en criminología social, Humbar Alcántara, una “nación” se constituye como una especie de monarquía, con cargos que van desde la primera a la quinta corona.
La primera corona, es quien preside la estructura y asume la jefatura del capítulo; la segunda corona, funge como ministro de paz; la tercera es el encargado de disciplina y ministro de guerra; la cuarta, hace las veces de secretario o tesorero y la quinta, se encarga del reclutamiento y adoctrinamiento de los miembros.
Franquicias internacionales
Muchos de estos grupos son franquicias internacionales que lograron insertarse en el país, como los famosos Latin Kings, una nación fundada en el estado de Chicago en el 1940. Se dice que a ella pertenecía el capo boricua José Manuel Figueroa Agosto y el reconocido sicario José Miguel Rodríguez Almonte, alias Job, asesinado en junio pasado por agentes de la Policía en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Monte Plata.
Según explicó a elCaribe Humbar Alcántara, la de “Los Trinitarios” es la banda con mayor cantidad de miembros, tanto a nivel nacional como internacional, y nació en las cárceles de Nueva York. “Se calcula que tiene alrededor de 200 mil miembros a nivel mundial. Es la más grande pandilla del mundo tipo nación”.
Le siguen “Los Sangre Latina”, fundada en el 1988 en el penal de La Victoria, y surgió contra el racismo y la exclusión social. “Ese es un grupo que ha dado mucha agua a beber, muy violento”, asevera Alcántara, quien fue uno de los fundadores de la Dirección Central de Manejo de Grupos en Conflicto con la Ley, mejor conocido como “Antipandillas”, de la Policía Nacional.
Asegura que todos los grupos de ese tipo tienen asociados y asesores, que incluyen profesionales y militares.
Existen otros tipos de pandillas o tribus urbanas, que aunque no tienen participación en el crimen organizado, según Alcántara, son bastante delicadas. Se refiere a los metálicos, punkeros y emos. “La principal es la Mega Metal, que aparentemente fue desmantelada, y a cuyos miembros se les atribuye el asesinato de José Carlos Hernández, hijo de la presentadora María del Carmen Hernández.
También se refirió a “Los Sonidistas”, que agrupa a miembros de todas las pandillas, quienes se reúnen en los sectores Los Tres Brazos y Sabana Perdida, atraídos por el ritmo dembow. l
Planes “anti-pandillas” no han funcionado
El experto en pandillas, galardonado en 2004 con la Medalla Presidencial al Mérito Civil bajo el decreto 56-04, por su trabajo con la juventud, consideró que los organismos llamados a enfrentar el problema, no cuentan con programas y proyectos sostenibles que aseguren su eficacia. Afirmó que la reclusión de menores por pertenecer a estas estructuras es ilegal, ya que el país adolece de una Ley Anti-Pandillas.
“Esos muchachos, ¿qué están aprendiendo ahí?, el que era ladrón se junta con el que es sicario, ya aprendió sicariato, y ahí hacen una asociación”. Sugirió la construcción de una cárcel de máxima seguridad, en donde los prisioneros sean clasificados de acuerdo a las infracciones cometidas y a su nivel de peligrosidad y que se instituya el trabajo público en el Código Penal. – See more at: http://www.elcaribe.com.do/2015/08/10/pandillas-inciden-ola-crimenes-que-azota-pais#sthash.E9j4jXzk.dpuf
