Chile restablecía gradualmente hoy los servicios de agua, combustible, electricidad y otros servicios esenciales el viernes, tres días después que un terremoto de magnitud 8.2 y cientos de réplicas sacudieron la región norte del país, dijeron las autoridades.
En Iquique, una ciudad portuaria de aproximadamente 200.000 habitantes, pescadores a escala pequeña continuaban recuperando lo poco que quedó de las embarcaciones dañadas por el oleaje ocasionado por el sismo y solicitaron ayuda al gobierno.
Pero zonas de gente pobre en viviendas dañadas y tiendas de campaña todavía sufrían lo peor del desastre y la muerte por hipotermia de un recién nacido elevó el saldo de víctimas a siete.
El gobierno emitió una alerta sanitaria de tres meses para las regiones afectadas. La medida garantiza a funcionarios más recursos para evitar la propagación de enfermedades infecciosas al afrontar la basura, agua contaminada y pescados podridos en ciudades portuarias.
Todavía no se han reanudado los servicios de agua, electricidad y otros básicos en Alto Hospicio, una zona pobre en las colinas sobre Iquique que fue una de las más afectadas por el desastre.
Aproximadamente 2.600 casas resultaron dañadas ahí y la carretera principal que la conecta con Iquique se encuentra bloqueada por escombros luego de aludes masivos.
Soldados vigilaban supermercados y gasolineras para prevenir pillaje, mientras mucha gente continuaba formada el viernes para conseguir gasolina, agua y comida. La ciudad permanece mayormente en paz y no se ha reportado daños mayores o pérdidas humanas por las continuas réplicas que han sacudido a los chilenos en el norte de la nación, quienes no han podido dormir por el temor.