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Programa Mundial de Alimentos suspende ayuda alimentaria en Birmania por los combates

Programa Mundial de Alimentos suspende ayuda alimentaria en Birmania por los combates
Programa Mundial de Alimentos suspende ayuda alimentaria en Birmania por los combates

Según la ONU los combates han dejaron al menos 400 muertos

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) suspendió la distribución de alimentos en el estado birmano de Rakáin, donde decenas de miles de personas dejaron sus hogares por los combates entre el ejército y la rebelión musulmana rohinyá.

La situación es muy tensa en el terreno para los equipos de las organizaciones humanitarias, incluyendo el PMA, desde que el gobierno birmano, dirigido de hecho por la exdisidente y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, las criticara tras hallarse raciones en los campamentos de los rebeldes.

«Todas las operaciones de ayuda alimentaria en el Estado de Rakáin han sido suspendidas desde el inicio de los ataques, lo que afecta a 250.000 desplazados y a otras poblaciones vulnerables», indicó el PMA en un comunicado.

Unos 120.000 rohinyás viven en campamentos en Sittwe, capital del estado de Rakáin, desde 2012, cuando se produjeron unos violentos enfrentamientos interconfesionales.

No tienen acceso al mercado de trabajo y sus desplazamientos son limitados, por lo que dependen de la ayuda alimentaria.

Las organizaciones humanitarias han sido acusadas regularmente de favorecer a la comunidad rohinyá y ahora, con el recrudecimiento de la violencia, se han visto obligadas a cancelar su trabajo.

«Nos estamos coordinando con las autoridades para reanudar la distribución entre todas las comunidades afectadas lo más pronto posible, incluyendo cualquier persona afectada por los disturbios actuales», indicó el PMA.

Los combates que enfrentan a los rebeldes musulmanes rohinyás y al ejército birmano en el noroeste del país dejaron en una semana al menos 400 muertos y más de 47.000 personas huyeron al vecino Bangladés, según la ONU.

La violencia se desencadenó tras el ataque el 25 de agosto por parte de la rebelión del Arakan Rohingya Salvation Army (ARSA) contra una treintena de comisarías de la policía.

Desde entonces, el ejército lanzó una gran operación en esta región pobre y remota.

 «Impacto real» 

Más de 400.000 rohinyás se encuentran ya en Bangladés, un país mayoritariamente musulmán, después de haber huido de los combates. Pero ese país no quiere acoger a más y cerró su frontera con Birmania.

El viernes, el jefe del ejército de Birmania afirmó que cerca de 400 personas habían fallecido en los enfrentamientos -de las que 370 eran militantes rohinyás- mientras que 11.000 budistas, hindúes y miembros de otras minorías de Rakáin han sido desplazados dentro del país.

Las autoridades birmanas rechazaron la ayuda ofrecida por grupos humanitarios extranjeros para los desplazados de Rakáin, según un comunicado del departamento de ayuda humanitaria de la Comisión Europea.

Mientras las operaciones del ejército continúan, la división de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO) afirmó que los accesos al estado de Rakáin estaban «cortados» y advirtió de que la «propaganda anti-ONU y anti-ONG en las redes sociales de Birmania continúa».

La violencia va en aumento, pero la ayuda médica y alimentaria ha dejado de llegar a muchos campamentos, ya en condiciones miserables, según Pierre Peron, portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

«La ayuda humanitaria normalmente se envía a esas personas vulnerables por una buena razón, porque dependen de ella», declaró en un comunicado, añadiendo que la interrupción de la cadena humanitaria «tiene un impacto humano muy real».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó el viernes «a la tranquilidad y la moderación para evitar una catástrofe humanitaria».

Los rohinyás, musulmanes sunitas, hablan un dialecto de origen bengalí utilizado en el sureste de Bangladés, de donde son originarios.

Alrededor de un millón de ellos vive en Birmania, país mayoritariamente budista. Muchos se hallan en campos de refugiados, principalmente en el estado de Rakáin, en el noroeste del país.

Fuente: AFP

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