Francia ha presentado a los negociadores internacionales lo que llama el «borrador final» de un acuerdo global potencialmente histórico para combatir el cambio climático.
El borrador de 31 páginas, titulado «Acuerdo de París», fue dado a conocer el sábado después de dos semanas de conversaciones de alto nivel en las afueras de París.
Los delegados de casi 200 países revisarán el borrador en las próximas horas y los organizadores franceses esperan aprobarlo antes del final del día.
Por su lado, un reconocido climatólogo que el viernes había criticado los proyectos en negociación elogió el borrador final, que consideró congruente con la ciencia.
John Schellnhuber, director del Instituto Potsdam para la Investigación Climática, de Alemania, dijo que «si se acepta y se aplica (el acuerdo), esto significa reducir las emisiones de gas invernadero a cero neto en las próximas décadas».
Dijo que el acuerdo presentado el sábado «es acorde con las pruebas científicas que presentamos de lo que se debería hacer para limitar riesgos climáticos tales como los climas extremos y la elevación del nivel del mar. Para estabilizar nuestro clima, las emisiones de CO2 deben alcanzar un pico mucho antes de 2030 y deben ser eliminadas lo antes posible después de 2050».
Activistas concentrados en torno de la Torre Eiffel ya están denunciando que un posible acuerdo climático global es insuficiente para proteger el planeta.
Thomas Coutrot, del grupo Attac, dijo que el acuerdo es una ilusión óptica que «enmascara» la ausencia de cambios significativos tales como abandonar totalmente el petróleo.
Un proyecto de acuerdo climático universal fija como objetivo poner un máximo a las emisiones de gases de invernadero «lo antes posible».
También pide buscar un equilibrio entre las emisiones provocadas por el hombre y la capacidad de la Tierra de absorberlas para la segunda mitad del siglo.
El texto elimina conceptos polémicos como «neutralidad climática» o «neutralidad de emisiones» que aparecían en borradores anteriores pero eran rechazadas por China y otros países.
El proyecto incluye un capítulo sobre «pérdidas y daños», un concepto impulsado por pequeñas naciones insulares y otros países vulnerables que buscan el reconocimiento de que no pueden adaptarse a ciertas consecuencias del cambio climático.
Cuando los organizadores de las negociaciones climáticas en París presentaban lo que esperan sea un borrador final del acuerdo, manifestantes de diversos grupos defensores del ambiente y los derechos humanos estaban concentrados en la capital francesa para llamar la atención sobre las poblaciones amenazadas por el ascenso del nivel del mar, sequías e inundaciones.
