La primera ministra polaca, Beata Szydlo, acompañada de su ministro de Defensa, Antoni Macierewicz, dio hoy la bienvenida en la base de Zagan, en el suroeste de Polonia, a las tropas estadounidenses que, en el marco del despliegue de fuerzas de la OTAN, van a reforzar su flanco oriental.
La presencia de las tropas en el país es «sólo un paso más en la implementación de la estrategia del Gobierno de Ley y Justicia de reforzar la seguridad» en Polonia y en la región, «en términos de paz, de paz en el mundo», dijo la jefa del Gobierno, citada por la agencia polaca PAP.
Subrayó que se trata de una estrategia diseñada para el futuro del país y de sus ciudadanos, porque «la seguridad constituye un elemento esencial, un deseo esencial» que cada uno lleva dentro.
«Y toda familia polaca debería sentirse segura en su país y es el deber del Estado polaco, el deber de las autoridades, del gobierno, garantizar esta seguridad», dijo.
Por su parte, el ministro de Defensa recordó las palabras pronunciadas en agosto de 2008 por el entonces presidente polaco, Lech Kaczynski, en un discurso en la capital georgiana Tiflis, pocos días antes de la guerra ruso-georgiana de cinco días por el control de la región separatista georgiana de Osetia del Sur.
«Si ahora no nos oponemos a la agresión, luego le tocará a Ucrania, y después a los estados bálticos y quizás a mi país, a mi pueblo y a toda Europa», citó Macierewicz a Kaczynski.
El ministro opinó que no ha habido que esperar mucho para que estas premoniciones se hicieran realidad al recordar la muerte en 2010 de Kaczynski y la plana mayor de Polonia al estrellarse el avión presidencial cerca de la ciudad rusa de Smolensk, tragedia tras la cual ha afirmado sin tapujos Macierewicz hay un atentado o un sabotaje.
Señaló que al accidente de Smolensk le siguió la invasión de Ucrania y después ataques cibernéticos y políticos contra los estados bálticos.
Por ello, subrayó, los soldados estadounidenses están ahora en Polonia.
Cuando el grueso de las tropas estadounidenses completen su llegada a Polonia en el marco de la decisión adoptada por la OTAN en 2016 parae reforzar su flanco oriental, el país centroeuropeo contará con una brigada blindada de unos 4.000 militares, cerca de 90 tanques, 18 obuses automotores, 144 vehículos de combate «Bradley» y 400 de todoterrenos tipo «Humwees».
Tras los primeros ejercicios en Polonia las unidades se distribuirán por Bulgaria, Rumanía y las tres repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia).
Ese despliegue aliado en su frontera más oriental ha causado malestar en Rusia, donde el pasado jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lo consideró como una amenaza para los intereses y la seguridad de Rusia.
En declaraciones a medios rusos, el portavoz de la presidencia rusa recalcó entonces que «cualquier país tendrá una actitud negativa ante el incremento de presencia militar extranjera junto a sus fronteras».
También se refirió a Estados Unidos señalando que «es un tercer país el que aumenta su presencia militar en nuestras fronteras europeas. Y no es un Estado europeo».
