Un gran meteorito bautizado como la «Gran Calabaza», por su coincidencia con la festividad de Halloween, alcanzó este sábado a las 17.01 GMT su punto más cercano a la Tierra, cuando se aproximó a una distancia solo un poco mayor de la Luna, para luego seguir su viaje por el espacio.
«¡Está cerca, muy cerca! Parece una calavera rotando. Es como la cabeza gigante de un oso blanco», exclamó el astrónomo Bob Berman, señalando las imágenes de la roca estelar, llamada técnicamente 2015 TB145, que retransmitió por Internet la comunidad «Slooh», asociada a la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA).
«El peligro que ni siquiera estaba allí, ya se ha ido. Así en menos de unos minutos», añadió el astrónomo.
Las imágenes retransmitidas en directo por la comunidad «Slooh» retrataron una brillante y veloz roca espacial, del tamaño de cuatro campos de fútbol (400 metros de diámetro) que se desplazó a una velocidad de 490.000 kilómetros, lo que supone una rapidez 29 veces superior a la de la bala de un rifle.
Quienes pudieron hacerse con un pequeño telescopio pudieron ver un pequeño punto brillante, que reflejaba la luz de la Luna y se desplazaba a una gran velocidad.
Los científicos de la agencia estadounidense comenzaron el viernes a utilizar antenas de hasta 34 metros de largo del complejo de Goldstone, en California, para lanzar contra el asteroide ondas de radio, que rebotarán en su superficie y serán recolectadas por dos centros de la NASA.
Estos dos centros, ubicados en Virginia Occidental y Puerto Rico, se encargan de recoger las ondas y moldear imágenes de la roca estelar, que la NASA espera poder procesar con una resolución de hasta dos metros por píxel con el objetivo de ofrecer una de las mejores imágenes de un meteorito vistas hasta ahora.