Agosto 24, 2023.-En lo que fue denominado el siglo de Pericles, Atenas, organizadora de la Liga de Delos. Una confederación de ciudades marítimas que construyeron una poderosa flota que permitió expulsar a los persas aqueménidas de Darío y Jerjes, de la zona del mar Egeo. Llegó a convertirse en la polis más poderosa de Grecia.
Las guerras, en las que participó la Liga de Delos, en contra de un enemigo superior en hombres y armamentos, fueron conocidas como las guerras médicas.
El régimen democrático se consolidó con Pericles (495-420 Ac). Fue jefe del partido democrático y reelegido estratega durante treinta años, en los que democratizó la vida política. Eso permitió el acceso de todos los ciudadanos a las altas magistraturas. De igual forma, Pericles, aunque no era un belicista encarnizado, fue el propulsor y líder del imperialismo ateniense. Aceptó el conflicto como algo inevitable, especialmente luego que, por iniciativa de Corinto, la Liga del Peloponeso, tras una consulta en Esparta, acabó admitiendo que los atenienses habían violado todos sus pactos. Y se les declaró la guerra, que se inició con el ataque de los tebanos a Platea, ciudad aliada de Atenas. Comenzando así la guerra del Peloponeso.
Pericles llegó a afirmar que: «renunciar al imperio no está en nuestras manos; puede ser injusto adquirirlo, pero es peligroso abandonarlo».
Pericles, estratega y político
El gran estratega ateniense pudo lograr que el sistema democrático, del cual era adepto, se convirtiera en un vasto sistema político en el cual su autoridad personal recibiera un respaldo del pueblo, que tenía en la Constitución ateniense las leyes que, soslayando la pobreza material, le permitían ser valorado por su aporte en beneficio de la ciudad.
Creyó, además, que el sistema democrático era superior al tradicional aristocrático de Esparta. Y con la democracia éste pudo estimular el interés de toda la ciudadanía por los problemas de su polis.
La base fundamental del nuevo sistema de Pericles fue a aumento del gasto público que permitió la realización de importantes construcciones. La remuneración de los oficios públicos y reducción de la gente sin trabajo. Pericles dispuso el pago de honorarios a todos los que realizaban funciones públicas. Por ese motivo se le ha tildado de ser uno de los propulsores del clientelismo político.
Partenón, símbolos de la democracia
El Partenón, templo dedicado a Palas Atenea, diosa protectora de Atenas, fue el símbolo de la polis democrática, mandado a construir por Pericles, siguiendo los planos de los arquitectos Ictino y Calícrates. Esta asombrosa edificación, cuyo fantástico friso y el resto del panel estatuario se encargaron al escultor Fidias, fue la representación cumbre del poder ateniense en el mundo griego.
La vida comunal era imprescindible para la democracia ateniense. Se inició en el denominado siglo de oro de Pericles, cuando los ciudadanos se veían involucrados con todo un conjunto de instituciones políticas de base que producían un incremento paulatino de los lazos políticos y personales.
La primacía y la centralidad de lo político y la política era el resultado de la propia potencia de las prácticas democráticas, en las que todo lo demás estaba subordinado, incluso la religión, que era un asunto de la ciudad.
Tucídides, el gran historiador griego, sintetizó, en la oración fúnebre de Pericles, lo que él entendía había sido el gran legado que éste había dejado, expresando: «Pues tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos, sino que más bien es ella modelo para algunas ciudades imitadoras de los otros. Y su nombre, por atribuirse no a unos pocos, sino a los más, es democracia».
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