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Niño se esconde en contenedor y lo hallan a 6 días después en Malasia

Niño se esconde en contenedor y lo hallan a 6 días después en Malasia
Niño se esconde en contenedor y lo hallan a 6 días después en Malasia

Un niño en Bangladesh que estaba jugando a las escondidas creyó que había encontrado el escondite perfecto. Y vaya si lo fue. Tardaron seis días en encontrarlo… a casi 3.200 kilómetros de distancia. 

Sucedió que el niño, que tiene 11 años y fue Identificado como “Fahim”, eligió para no ser hallado un contenedor, pero sin darse cuenta de que el chico estaba dentro, cerraron las puertas y lo embarcaron a su destino: Malasia.

Fahim estuvo encerrado dentro del contenedor durante los seis días que tardó el barco que lo transportaba para llegar hasta Port Klang a poco más de 3 mil kilómetros de distancia.

Fue un verdadero milagro que el chico, que no comió ni bebió nada de líquido durante todos esos días, pudo sobrevivir el largo viaje.

Sorpresa en un puerto de Malasia

El último 17 de enero, mientras descargaban los contenedores de un barco procedente de Chittagong, en Bangladesh, el personal de Port Klang de Malasia se sorprendió al ver a un niño confundido y demacrado salir de uno de los contenedores.

El niño no hablaba el idioma local por lo que las autoridades portuarias no pudieron sacarle ninguna información, pero sospecharon que era víctima de una organización criminal de trata de personas, por lo que inmediatamente llamaron a la policía.

Las fotos y los videos tomados por los trabajadores portuarios muestran al niño escuálido que parece confundido por el entorno desconocido cuando sale del contenedor de envío.

Luego es recogido por una ambulancia y llevado a un hospital local.

Finalmente, el niño logró comunicarse con las autoridades. Les dijo que se quedó dormido en el contenedor mientras se escondía de sus amigos y luego se encontró encerrado.

A pesar de sus gritos de ayuda, nadie acudió a su rescate, por lo que pasó seis días encerrado en el interior. Su contenedor fue transportado por barco, casi 3.200 kilómetros hasta Port Klang, Malasia.

El niño no había comido nada en días cuando finalmente pudo escapar de su prisión de metal y se veía demacrado.

Afortunadamente, se estabilizó en el hospital y se espera que se recupere por completo.

Las autoridades de Malasia han confirmado que no hay motivos para dudar de la historia del niño y que no hay sospechas de trata de personas en este caso.

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Más contenido por Redacción CDN

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