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Motín en prisión de Brasil deja al menos 56 muertos

Una pelea entre grupos rivales de presos desató un motín en una cárcel del estado norteño de Amazonas que causó la muerte de al menos 56 presidiarios, varios de los cuales fueron decapitados y descuartizados, en el peor derramamiento de sangre en una prisión brasileña desde 1992.

Las autoridades dijeron que los disturbios al parecer se debieron a un enfrentamiento entre dos de los principales grupos delictivos del país que se disputan el control de las prisiones y las rutas del narcotráfico en el norte.

Las autoridades de Amazonas habían informado inicialmente de 60 muertos en el complejo penitenciario Anisio Jobim, de Manaus, pero la tarde del lunes, la secretaría de seguridad pública estatal redujo la cifra a 56. Las autoridades también dijeron que 112 internos escaparon durante el motín.

Había 1.224 reclusos en la cárcel, cuya capacidad es para 592, señaló la secretaría de seguridad pública. El penal es administrado por una compañía privada que cobra según el número de presos.

Doce guardias de la prisión fueron tomados temporalmente como rehenes sin que ninguno resultara herido durante el motín, que dio inicio el domingo por la tarde y terminó el lunes por la mañana.

«Esta es la mayor masacre en una prisión en la historia de nuestro estado«, dijo el secretario de seguridad pública Sergio Fontes en conferencia de prensa. «Lo sucedido aquí es otro capítulo de la guerra entre narcotraficantes que se libra en este país, y muestra que los gobiernos estatales no pueden afrontar solos el problema«.

Fontes confirmó que muchos de los muertos fueron decapitados. El juez Luis Carlos Valois, que negoció el fin de los desórdenes con los presos, dijo que vio muchos cadáveres desmembrados.

«Nunca vi algo así en mi vida, todos esos cuerpos, la sangre«, escribió Valois en Facebook.

Fue el mayor número de fallecidos durante un disturbio en una prisión brasileña desde que policías abatieron a 111 reclusos en la penitenciaría Carandiru de Sao Paulo en 1992. La policía alegó entonces que sus agentes actuaron en defensa propia.

Otras dos prisiones de Manaus también registraron disturbios el lunes. En una, 72 reclusos se fugaron, entre ellos uno que publicó en Facebook una fotografía de él cuando escapaba.

Las autoridades dijeron que de los 184 presidiarios que escaparon de prisiones de Amazonas en los últimos dos días, sólo 40 habían sido recapturados.

Para la noche del lunes, la policía estatal de Amazonas dijo que la situación se había estabilizado en las tres prisiones.

Según Fontes, los reclusos en Anisio Jobim hicieron pocas demandas para poner fin al motín, lo que indicaría una matanza organizada por miembros de un grupo delictivo local, la Familia del Norte, contra la del Primer Comando de la Capital (conocido nacionalmente como PCC), que se asienta en Sao Paulo.

El secretario dijo que los agentes encontraron un agujero en una pared de la prisión a través de la cual se ingresaron armas al edificio.

Un agente resultó herido en un intercambio de fuego con los presos. La policía encontró varias armas de fuego en los cateos posteriores a los disturbios.

José Vicente da Silva, exsecretario de seguridad pública nacional, dijo que los incidentes en Manaus se debieron a la severa recesión en Brasil y la deficiente administración en el sistema carcelario.

«Desde 2014, los homicidios en las prisiones en Amazonas duplicaron el promedio nacional, y el año pasado fue reducido 50% el presupuesto de la seguridad pública debido a las medidas de austeridad. Este incidente es una repetición a una escala mayor«, afirmó Da Silva a The Associated Press.

«Cada año, 500 presos mueren en las cárceles brasileñas. Ante la actual crisis económica y las reducciones presupuestarias, las organizaciones delictivas se vuelven más atrevidas»

El PCC es el grupo delictivo más poderoso en cuanto al narcotráfico y el control de prisiones en Brasil. Ha estado tratando de extender su alcance a prisiones norteñas dominadas por la Familia del Norte.

Para hacer frente al PCC, la Familia del Norte se ha asociado al Comando Rojo de Río, el segundo grupo delictivo más grande en el país.

El juez Valois agregó que durante las negociaciones, los reclusos sólo pidieron no ser transferidos, y asegurarse de que no fueran atacados y de que mantendrían sus derechos de recibir visitas.

El motín terminó después de que los reclusos liberaran a los últimos 12 empleados de la prisión que habían retenido, añadió Valois.

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