Rusia. –El Tribunal Penal Internacional emitió este viernes una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por crímenes de guerra debido a su presunta participación en el secuestro de niños de Ucrania. La orden de arresto de La Haya pone a Putin al nivel de los grandes criminales de la historia.
Es improbable que la justicia pueda ‘tocar’ al líder ruso: La Haya no puede juzgar a los acusados en ausencia y Rusia siempre ha dicho que no entregará a sus funcionarios. Moscú ni siquiera reconoce la autoridad del tribunal. Pero diversos grupos de defensa de derechos humanos aclamaron la decisión como un paso importante para hacer que Moscú rinda cuentas de alguna manera por los abusos cometidos durante su guerra contra Ucrania.
El tribunal dijo en un comunicado que Putin «es presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población [niños] y del traslado ilegal de población [niños] de las áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa».
La orden de arresto llega después de diversas denuncias de las autoridades ucranianas, ONG y medios de comunicación sobre la presunta rapiña de niños en Ucrania por parte de las fuerzas invasoras rusas.
Gobierno de Kiev
El Gobierno de Kiev cree que hasta 16.221 niños ucranianos han sido deportados a Rusia, según datos del mes pasado. «Ahora, si Putin sale de Rusia, sería arrestado y entregado al tribunal. Los líderes mundiales se lo pensarán dos veces antes de darle la mano o sentarse con él en la mesa de negociaciones. Es otra señal clara para el mundo de que el régimen ruso es criminal», escribió Andriy Kostin, fiscal general de Ucrania, en Twitter.
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La Red de Periodismo de Investigación EBU indica que cientos de niños ucranianos no acompañados han sido llevados a la fuerza a Rusia desde el comienzo de la guerra. Algunos desaparecieron de campamentos para menores y otros de centros de tratamientos médicos.
A la par que el aviso de ‘wanted’ contra Putin, el tribunal también emitió a la vez una orden para el arresto de Maria Lvova-Belova. Comisionada para los Derechos del Niño en la Oficina del Presidente de la Federación Rusa. La orden está motivada por acusaciones similares, pero Lvova-Belova, se mostró desafiante en una entrevista con el medio ruso RBC. «Es grandioso que la comunidad internacional haya apreciado nuestro trabajo para ayudar a los niños de nuestro país». Ya en marzo de 2022, con sólo un mes de guerra cumplido, Lvova-Belova dijo que más de 1.000 niños de Ucrania estaban en Rusia.
Culpan a la artillería rusa
Algunos de esos niños son huérfanos por culpa de la artillería rusa. En otros casos sus familias siguen buscándolos. La ley rusa prohíbe la adopción de niños extranjeros sin el consentimiento del país de origen, algo que Ucrania no ha dado. Sin embargo Rusia no ha escondido la sustracción de esos niños de los territorios ocupados. La acusada Maria Lvova-Belova, lo ha defendido en medios de comunicación como un ‘acto de amor’ por los huérfanos que no tienen quien los cuide. En varios vídeos difundidos en Rusia, se ve a grupos de niños ucranianos recibidos por «padres adoptivos» en Moscú con globos y pancartas. El régimen de Putin trata de hacer el proceso irreversible. El año pasado, el presidente ruso creó un mecanismo para acelerar el proceso de concesión de la ciudadanía rusa a los niños de Ucrania. La acusación ya dijo entonces que éste podría ser uno de los asideros para implicar al presidente.
Rusia incluso ha creado un registro de familias rusas ‘aptas’ para niños ucranianos. Y les paga por cada niño que obtiene la ciudadanía rusa. También ha dado un uso propagandístico a los menores. En un reciente mitin político-patriótico de Putin en Moscú varios niños de Mariupol estuvieron subidos al escenario para dar ante las cámaras un forzado abrazo a un militar ruso que participó en la conquista de la ciudad.
El Tribunal Penal Internacional asegura que su sala de instrucción encontró que había motivos razonables para creer que cada uno de los sospechosos «es responsable del crimen de guerra de deportación ilegal en perjuicio de los niños ucranianos». Lo más paradójico es que esta sustracción ilegal de menores la lleva a cabo un país que ya tiene un abultado número de huérfanos. Pocos adoptantes y que ha cerrado las puertas a familias adoptivas de diversos países en los últimos años.
Escudo de Rusia
Rusia se escuda en que está salvando a huérfanos y que los territorios sustraídos son ahora suelo ruso. Pero muchos niños sacados de centros de menores de Ucrania no son huérfanos. El Gobierno de Kiev señaló ante la ONU antes de la guerra que la mayoría de los ‘niños del estado’ «no son huérfanos, no tienen ninguna enfermedad o enfermedad grave y están en una institución porque sus familias se encuentran en circunstancias difíciles».
Según la agencia AP, el problema empezó ya antes de la invasión a gran escala de Ucrania del año pasado. En 2014, después de que Rusia se anexionara la península de Crimea, más de 80 niños de Lugansk, en Donbás, detenidos en puestos de control y secuestrados.