La policía brasileña está investigando si una serie de 18 asesinatos cometidos el jueves en la zona metropolitana de San Pablo fue una acción coordinada de venganza por parte de oficiales fuera de servicio, tras la muerte en las cercanías de dos colegas en la semana anterior.
Los crímenes aumentaron los temores de que haya más represalias en Brasil, donde la policía es responsable de más de 2.000 muertes al año y los agentes fuera de servicio raras veces son enjuiciados cuando son sospechosos de haber hecho justicia por mano propia.
Tras reunirse el viernes con una fuerza especial que investiga los crímenes, el secretario de seguridad pública del estado de San Pablo, Alexandre de Moraes, afirmó que fueron identificados los mismos vehículos en los escenarios de las muertes, con tres horas de diferencia.
«No hemos descartado ninguna hipótesis, y la implicación de oficiales de la policía en el caso es una de las posibilidades que consideramos», afirmó Moraes a los periodistas, destacando la reciente muerte de dos agentes en robos frustrados.
«La implicación de oficiales de la policía en el caso es una de las posibilidades que consideramos»
La rápida sucesión de tiroteos del jueves se produjo con una distancia de 10 kilómetros entre ellos, en las ciudades de Osasco y Barueri, suburbios occidentales de San Pablo, la mayor ciudad de Brasil y su capital financiera.
Las muertes evocan otras matanzas, con menor número de víctimas, ocurridas en lo que va del año en otros puntos de la región metropolitana de la mayor ciudad brasileña y que podrían haber sido cometidas por los llamados grupos de «exterminio», posiblemente conformados por agentes policiales.
El video de seguridad de la escena del crimen mostró a unos atacantes enmascarados llegando a un bar, alineando a varios hombres contra una pared y abriendo fuego.
Según el periódico Folha de Sao Paulo, tetigos de los hechos relataron que los homicidas interceptaban a las víctimas desde un vehículo, preguntaban por sus antecedentes criminales, y si la respuesta era afirmativa les disparaban. La cadena Bandeirantes cifra la cantidad de víctimas en 21.
Moraes dijo que no hay aún una conexión clara entre los 18 muertos, seis de los cuales tenían algún tipo de historial delictivo, desde violencia en el hogar hasta asalto violento y narcotráfico. Otros seis fueron heridos en los tiroteos.
Las pruebas balísticas iniciales sugieren el uso de al menos una pistola de 9 milímetros, el tipo utilizado por las fuerzas armadas en Brasil.
De acuerdo a lo que informa O Globo, fue en Osasco donde se registró el mayor número de muertes, 15 en total, mientras que en Barueri se produjeron tres. Con el correr de las horas se supo que en Itapev murió otra persona pero no está relacionada con la ola de ataques. Los mismos ocurrieron en un radio corto en una zona en la que confluyen los tres municipios. Además, un total de seis personas resultaron heridas.
