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Informe de Unesco revela el peligro de ser periodista en Haití

Informe de Unesco revela el peligro al que se exponen los periodistas en Haití
Informe de Unesco revela el peligro al que se exponen los periodistas en Haití

La Organización de las Naciones Unidas (UNESCO) en su estudio acerca del desarrollo de los medios de comunicación en Haití. Reveló que los ataques a periodistas en dicho país son frecuentes y sus perpetradores no son llevados a la justicia.

Haití atraviesa una fuerte crisis política y vive un clima constante de inseguridad, sumándole las precarias condiciones en que viven sus ciudadanos. La impunidad, corrupción y delincuencia. Nueve periodistas los asesinaron el año pasado.

Esto cataloga a Haití como uno de los peores destinos para ejercer la profesión después de México, según indica la SIP. Los periodistas son blanco fácil de ataques, atentados y secuestros.

Periodistas asesinados en Haití

El caso más reciente es el de Jean Thony Lorthé, de Radio Visión 2000, que fue secuestrado en Puerto Príncipe. El 3 de febrero cuando se dirigía a un funeral junto a otras personas. La muerte de Lorthe fue condenada por varias organizaciones haitianas como la Asociación Haitiana de Periodistas y la Oficina de Protección Ciudadana.

Según se indica en el estudio de la Unesco «Estudio sobre el desarrollo de medios de comunicación en Haití”, indica que el sistema democrático de Haití es frágil e inestable. Por lo que quienes corren más riesgos son los periodistas en el ejercicio de su profesión. También señala que a la debilidad del sistema judicial se suma la polarización del campo mediático.

Bajos salarios

«Los trabajadores de la prensa están mal pagados, incluso trabajan de forma voluntaria. Lo que empuja a muchos a realizar otras actividades incompatibles con el periodismo. Este estado de cosas contribuye a debilitar la profesión y pone en duda el motivo de ciertos ataques», indica el informe. Realizado en acuerdo con el Departamento de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Estatal de Haití.

El estudio no reveló ninguna medida de protección específica para periodistas, pero sí destacó que cuando uno de ellos es amenazado, la defensa de las asociaciones profesionales y los medios de comunicación a veces logran inducir a las autoridades policiales a intervenir.

Agrega que, aunque los ataques a periodistas son frecuentes, particularmente en tiempos de inestabilidad, no son sistemáticos como fue el caso bajo la dictadura de los Duvalier (1939-1986).

Datos recabados por la Unesco

Entre el año 2000 y 2022, fueron asesinados 21 periodistas, según un recuento de la propia Unesco. Entre las víctimas se cuentan a Jean Léopold Dominique (el 4 de abril del 2000), Ricardo Ortega (español, el 7 de marzo de 2004) y Wilguens Louissant.

A estos se le suman John Wesley Amady, Lazzare Maxilien, Tayson Latigue, Frantzsen Charles, Garry Tess, Romelson Vilcin, Fritz Dorilas y Francklin Tamar, estos últimos abatidos en 2022, el más mortífero para la prensa haitiana en varias décadas.

También se registran los casos de los periodistas Mac Kenlove Bien-Aimé, quien murió el 20 de marzo de 2014. Tras inhalar gases lacrimógenos durante la dispersión de una manifestación en el suroeste del país. También Fritz Gérald Civil, asesinado el 4 de abril de ese año durante una protesta en la misma zona. Otro trabajador de prensa, el fotógrafo Vladjimir Legagneur, desapareció en marzo de 2018.

«Los reporteros que cubren mítines políticos también son con frecuencia atacados verbalmente o incluso físicamente por manifestantes que los asocian con el bando contrario (progubernamentales en manifestaciones de la oposición, y viceversa. Periodistas entrevistados como parte del estudio explican este comportamiento por una intolerancia a la crítica y una incomprensión del papel de los medios. Rara vez se esclarecen las agresiones a periodistas, especialmente en provincias», dice la investigación.

Autocensura

Así mismo el informe advierte que los medios generalmente se abstienen de investigar temas sensibles como la corrupción o el narcotráfico. Además  que retoman los informes de las organizaciones de derechos humanos en lugar de producir sus propias investigaciones salvo contadas excepciones.

También considera que el ambiente de trabajo de los periodistas presenta un rostro paradójico, ya que, si bien las sólidas garantías constitucionales protegen la libertad de expresión, coexisten con leyes a menudo restrictivas y por lo general no aplicadas. Pone como ejemplo al Consejo Nacional de las Telecomunicaciones (Conatel) que depende estatutariamente del Estado y no tiene el mandato de fomentar el pluralismo, la equidad y la libre expresión.

La Unesco agrega que el respeto a las garantías de la Constitución de 1987 depende en gran medida del clima político y que, si bien está mejor asegurado en un período de relativa estabilidad, con frecuencia se ha visto socavado durante períodos de inestabilidad política y violencia que han salpicado los últimos treinta años.

El estudio también destaca que la consideración de un proyecto de ley sobre difamación en 2017 fue una de las primeras incursiones de los legisladores en el campo de los medios desde la adopción de la Constitución de 1987, pero que los medios solo descubrieron el texto cuando se votó en el Senado y la falta de consulta y debate público causó revuelo lo que derivó en que el proyecto de ley nunca fue aprobado.

En cuanto al derecho de acceso a la información, la investigación indica que hasta la fecha no existe tal mecanismo en Haití. Los profesionales entrevistados coincidieron en que «las autoridades se comunican según su buena voluntad o sus propios intereses».

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Más contenido por Redacción CDN

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